El presidente Andrés Manuel López Obrador rendirá su segundo informe el martes próximo. ¿Cómo llega a ese momento? Veamos algunos datos de la encuesta de EL UNIVERSAL (https://bit.ly/3gLef7q), publicada el miércoles pasado:

1.- Solo tres de cada diez (35.8%) desaprueban la forma en que se desempeña como presidente. Es un gran número para él, sobre todo considerando que estamos en medio de la peor debacle económica de la que se tenga registro en el México post revolucionario, y a la mitad (si bien nos va) de una muy catastrófica pandemia que ya ha costado la vida de más de 63 mil personas en seis meses, 350 por día, en promedio. Habrá que ver qué piensa la gente en diciembre, cuando, de acuerdo a las proyecciones más conservadoras del IHME (https://bit.ly/34K2o6T), tendremos 100 mil muertes (97 mil 505), y eso si la gente usa cubrebocas y mantiene restringidas sus actividades sociales.

Además, quizá para ese momento ya estén documentadas a nivel nacional las muertes por coronavirus no registradas en los datos oficiales, que, de acuerdo a los estudios disponibles hasta ahora, son el triple de las contabilizadas, si tomamos como ejemplo Ciudad de México: “Si se consideran las cifras acumuladas entre la semana 14 (que inició el 30 de marzo) y la semana 32 (que concluyó el 9 de agosto), se estima que el exceso de mortalidad es de 29,120 decesos, 3.04 veces mayor que el número de fallecidos por Covid-19 reportados por la Secretaría de Salud hasta el corte del 9 de agosto (9,570)”, explican en el Taller de Datos de Nexos (https://bit.ly/2QAuABe) Mario Romero Zavala y Laurianne Despeghel, que han revisado las actas de defunción.

Eso implicaría para el presidente reconocer, justo cuando cumpla dos años en el poder, que el virus SARS-COV-2 habrá dejado, hasta ese día, 300 mil muertes por la Covid-19 (296 mil 415, si usamos el factor 3.04 de Nexos y las proyecciones del IHME).

Pero bueno, por el momento, el hecho de que poco más de las mitad de los mexicanos lo aprueben (53.6%), es una estupenda noticia para él. Resulta sorprendente, sobre todo si consideramos que la más grave de sus pifias —este año— fue minimizar la pandemia a finales de febrero y principios de marzo, y aun con eso, 46.8% de la gente aprueba el manejo que ha hecho su gobierno de la crisis sanitaria, contra el 42.2% que lo desaprueba (https://bit.ly/3lsJ8kr).

Más inaudito es que, a pesar de tantos mensajes contradictorios que lanzaron él y Hugo López-Gatell (sobre el cubrebocas y al aislamiento social), solo el 33% considera que el gobierno ha informado mal o muy mal durante la pandemia, y el 52% cree que ha informado bien o muy bien.

2.- Ahora bien, en la letra chiquita es donde López Obrador tiene obstáculos que podrían trasladarse a su evaluación general: A) A la pregunta de si el presidente tiene bajo control los problemas del país, o si los problemas lo han rebasado, la rotunda mayoría, seis de cada diez mexicanos, piensan que lo han rebasado (63%), contra apenas tres de cada diez (34%) que opina que los tiene bajo control. El desgaste ahí ya es abrumador. B) A la pregunta de si ha demostrado o no capacidad para resolverlos problemas, el país está polarizado: cinco de cada diez dicen que sí (52.4%), pero cuatro de cada diez dicen que no (46.3%).

No recuerdo un presidente con semejante feroz capacidad de sobrevivencia en medio del desastre: en la brutal crisis económica de 95, que ya quedó chica comparada con la de este año (caída del PIB de 8.6% aquel año contra 18.7% este año), el inefable Ernesto Zedillo tenia desaprobación de 57% y aprobación de 32%. Hoy, ocurre… justamente al revés. Insólito. ¿Tiene inoculada a la gente? ¿O cómo lo explica usted?

jp.becerra.acosta.m@gmail.com

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