La literatura, únicamente, puede conjuntar la ficción y el azar e invadir la realidad con eventos inimaginables. Javier Cercas, uno de los grandes escritores en lengua española, no imaginaba que la aparición de su libro El loco de Dios en el fin del mundo (Random House, 2025) coincidiría con el deceso del Papa Francisco, pero tampoco pensaba que podría acompañarlo a un viaje: “Soy ateo. Soy anticlerical. Soy laicista militante, un racionalista contumaz, un impío riguroso. Pero aquí me tienen, volando en dirección a Mongolia con el anciano vicario de Cristo en la Tierra, dispuesto a interrogarle sobre la resurrección de la carne y la vida eterna.”

El poder de la iglesia y los secretos que se ocultan. Los grandes crímenes. Las complicidades frente a delitos de pederastia. La corrupción y la opacidad de cómo se manejan los recursos económicos. Todo esto ha generado el desgaste de la institución y propiciado que los creyentes se alejen de la religión.

La fe, para la burocracia religiosa, ha sido sinónimo de impunidad. Un caso escandaloso es el sucedido, en estas mismas semanas, con el cardenal emérito Norberto Rivera Carrera, quien compró dos departamentos en la Torre residencial Mitikah con un costo de 10 millones cada uno, ¿de dónde salió el dinero?, como si fuera poco un juez multó al Gobierno de la Ciudad de México por incumplir en la devolución de 1 millón 300 mil pesos de impuestos al Cardenal. La religión y la impunidad en su máxima expresión; también están los abusos sexuales cometidos contra menores por el sacerdote Marcial Maciel, quien fue protegido por las máximas autoridades de la iglesia y sus delitos no tuvieron consecuencia alguna, entonces: ¿cómo creer en una iglesia que protege a quienes dañan a los menores, abusan de las mujeres, lavan el dinero y todo esto lo hacen en nombre de la fe?

La realidad que conocemos contrasta con lo que Cercas describe: una imagen de un Papa más cercano al cristianismo y alejado de todos estos problemas. Un Pontífice que intentó reformar a la iglesia y se enfrentó con las resistencias internas. Logró dar una visión más austera de la iglesia y optó por recorrer las periferias. Perece que estos cambios refrescaron a la iglesia, pero fueron insuficientes para los problemas añejados que padece la institución.

Cercas es el primer escritor que hace un acercamiento con el papa, lo entiende y capta la esencia del personaje. “Por eso, en la primera entrevista que concedió como papa, declaró: Si tuviera que decir qué soy de verdad, diría: ´Soy un pecador´. Por eso, después de todos sus discursos, ruega que recemos por él. Por eso se confiesa tan a menudo. Bergoglio no solo es Superman; ni siquiera es Francisco, o no del todo: Bergoglio es solo un hombre normal y corriente. Ése es, ya digo, el secreto de Bergoglio. Y eso es lo que lo convierte de verdad en un cristiano sentado en la silla de San Pedro.”

Javier Cercas escribe una novela sin ficción que parte de la pregunta: ¿si cuando su madre muera volverá a ver a su padre?, la respuesta del papa aparece hasta el final del libro, eso mantiene en vilo al lector; pero, el libro también retrata al papa Francisco, muestra su papado y pone en discusión, en estos días que tiene lugar el Cónclave, ¿cómo debe de ser el próximo papa? Lo mejor que le podría suceder a la iglesia es que fuera electo alguien que continúe con su legado: Luis Antonio Tagle o Matteo Maria Zuppi.

Hasta aquí Monstruos y Máscaras…

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