Quizás alguna vez se han topado con películas de genuina factura freak, hechas por creadores de cintas marginales, de los que trabajan con presupuestos ínfimos, pero fieles a los principios del cine independiente underground.

Nombres como los de George Kuchar, Larry Cohen, Victor Salva, Joe Dante, Stewart Gordon y Sean S. Cunningham.

Algunos de ellos tuvieron a bien formar el gusto por lo retorcido, y deformar a varias generaciones. Esta runfla selecta e invendible de directores afluirían más tarde en otros cineastas que dieron su vida rescatando, para algunos, lo imposible como por ejemplo las vidas ejemplares bizarras de gente como Divine, Jack Wrangler, y Vito Russo.

Al crítico estadounidense de cine Paul Lenti, que vivió varios años en México como corresponsal, y que fue subyugado por el cine de Juan Orol, se debe que hayan llegado al viejo DF los primeros filmes experimentales de George Kuchar y su gemelo, Mike. Se trataba de películas cortas de 8 milímetros de bajísimo presupuesto.

Los Kuchar, principalmente George, exprimía el presupuesto de unos cuantos cientos de dólares y los hacia verse de miles en sus locas películas, donde la música jugaba un papel clave para las imágenes de un llamado cine de estética “feista”. Sus filmes al igual que los del rey del pop, Andy Warhol, eran la atracción principal de la escena underground que compartía con Kenneth Anger y Stan Brakhage.

Casi 200 películas cortas avalan el talento adelantado de George Kuchar con temas camp que rosaban en su momento el kitsch; flatulencias, cambios climáticos, amistad, amor, tornados, calamidades psicodélicas y rebases prepunks. En los círculos intelectuales de cine independiente en EU, su nombre no puede desasociarse de figuras como John Waters, David Lynch, Todd Solondz, Wayne Wang y Todd Haynes.

Su respetabilidad y preferencia por críticos y fans exigentes queda reflejado en el documental de Jennifer Kroot: It came from Kuchar, donde se habla de sus filmes más determinantes, sino con la interacción de su entorno como emblema trash y padre del underground de los años 60, en el momento de filmarlos.

Por culpa de la marginación sufrida por este icono es que la puerca torció el rabo y, en lugar de ver Screamplay con él como actor (que por poco sacan aquí los padres de El vengador tóxico), es que nos cayó la maldición de las películas ñoñas e insufribles de Disney con todo y el tufo de princesas, brujas y villanos de mala y peor muerte.

pepenavar60@gmail.com

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