Con las plataformas de streaming que van a lo seguro, y que no se arriesgan al otro cine: el independiente, el asiático, el policiaco delirante y el de culto, y con la pandemia a tope de semáforo rojo, sólo los intrépidos se arriesgan a la búsqueda frenética de películas que no van a la pantalla grande. Los detentadores de ese poder seductor, por lo raro y atrayente, bien que saben eso y preparan baterías.

Del año pasado, los fanáticos de H.P. Lovecraft están esperando la actuación desbocada y aterradora de Nicholas Cage en Color out of space, con entrega clandestina entre el terror sobrenatural y fantástico que ocurre en la Norteamérica rural.

Dirige el francés, Richard Stanley, con colores fantasmagóricos verdaderamente de otro mundo.

Takashi Miike mete al procesador de elementos cinematográficos una comedia negra de Yakuzas y Triadas, con acción pugilística, drogas y golpes bajos.

El resultado es nihilista trastornado en un estilo japones pocas veces igualado, Se trata de elementos Pulp ultraviolentos y tramposamente de fusión donde caben casi todos los géneros, incluido ruido de fondo slapstick.

Una satánica ancianidad discreta, Ron Wood, es carne fácil de cañón del nuevo documental de Mike Figgis, quien ha seguido el derrotero de una de las caras más arrugadas del rock, y no protestara por relato atento y la agraciada vida que lleva entre la música y la pintura, aparte de polvos, fumadas y otros excesos, vanidad aparte.

El hombre invisible, de H.G. Wells tiene un nuevo remake del año pasado. Esta nueva intriga de terror tiene como protagonista a Elizabeth Moss, que siente que su maltratador ex novio se ha ido por la libre.

Sin embargo, hay algo que indica lo contrario. Un nuevo enfoque con bastante visibilidad en torno a la violencia de género con sustos, tensión y ambiente malsano. Lo mejor sus logros visuales.

¿Qué tanto es tantito? En el caso de Akira, la mítica cinta de culto manga de 1988 debida a Katsuhiro Otomo, ahora que llega en 4K, es mucho.

Un delirio de animación sobre el holocausto nuclear y sus implicaciones postapocalípticas. Ahora sí se ven los 7 millones de dólares que costó en su momento en el anime mundial.

Ya se sabe: en los cuatro lugares de costumbre, en donde el Covid-19, hace que la vida casi no valga nada (como en el Chopo), excepto por la emoción de encontrarse con lo desconocido, conocido o por conocer.

pepenavar60@gmail.com

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