El nunca bien valorado George A. Romero, padre del género de “muertos vivientes” en las últimas patadas de la Serie B, no pudo haber imaginado hasta dónde darían las películas de zombis en remakes, derivados del género como tal.

Nuevas versiones y series interminables y exprimidas más de la cuenta como The walking dead.

La más reciente afrenta que reclama la jubilación del muerto que camina se llama El ejército de los muertos.

Su director, el derivativo Zack Snyder, pone el último clavo en el ataúd zombi con una historia de insólito gran presupuesto que lamentablemente se inscribe en la chacota redundante, la banalidad y agotamiento del cliché, con un reparto deprimente encabezado por el luchador Dave Bautista, venido a menos y una mexicana Ana de la Reguera urgida de dólares.

The army of dead no sabe qué quiere ser: ¿Thriller maniaco? ¿Comedia de acción? ¿Paroxismo gore? O sepa la bola.

Como su guión de: grupo de mercenarios que quiere llevar a cabo el mayor atraco de la historia en la mismísima ciudad del juego, Las Vegas, después de una pandemia zombi y amenaza nuclear, quiere salir victorioso luego de meterse a la mala al interior de una restringida zona de cuarentena.

La película camina dando tumbos, pero no llega a nada que no sea el dialogo de risa en una estética ramplona de videojuego de saldos y descontinuados.

Son dos horas y media de pérdida de tiempo en un largo y aburridísimo episodio, propulsado por un Netflix que también ofrece un detrás de cámaras.

Pero no hay que alarmarse: eso parece ser lo que quiere ver el grueso del público: una versión descerebrada al estilo de Betty la fea en tono zombi y palomitero.

Sin embargo, es también la posibilidad de darle las gracias (y una patada en el trasero) a Zack Snyder, para que no se vuelva a atrever a meterse en donde Romero hizo época con tan sólo tres dólares.

Nada salva a esta película, ni el humor negro, ni la sátira al género, ni el abuso de excesos digitales, ni siquiera el paroxismo ultraviolento.

Uno ve las caras de Bautista y De la Reguera y la verdad dan ganas de molerlos a palos, de lo malos que son fuera del contexto facilón de la trama.

Es por compararlo, de alguna manera, con cualquier match de lucha libre americana e incluso con vaciladas como La Liga de la Justicia, también de Snyder.

¿Estará todo perdido? O habrá que remitirse a las versiones originales de La Noche, El Alba y El Día de los Muertos, porque el Zack es de los que da gato por liebre (y por zombi), a la menor provocación, aunque a veces la ha pegado como con Watchmen (2009) y uno que otro remake respetuoso como Dawn of the dead (2004).

En suma, el Snyder es lo que hay hoy en materia de más de lo mismo.

Tan lejos de George Romero y tan cerca de Platanito zombi.

pepenavar60@gmail.com

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