Un simple vistazo a las redes sociales indica la crisis que atraviesa actualmente el rock mexicano y extranjero: muchos quieren vender, pero pocos quieren comprar, además imponiendo sus condiciones.

Una infinidad de discos en sus diferentes formatos, DVD-conciertos y hasta casetes entra en la rebatinga de los precios de la oferta y la demanda en Facebook, pasando todo por el filtro de la virtualidad.

Ya sea Mercado libre, Discogs y otros sitios referenciales para ver y comparar precios, términos y condiciones de compra y venta, le sirven al coleccionista y al dealer para acercar al cliente en potencia en los diversos géneros que le ofrece el rock.

Paralelamente a eso, sitios colectivos como el Tianguis del Chopo, o el corredor del vinil en la calle de Balderas, manejan su bolsa de valores musicales aparte: si lo quieres te vale tanto.

Los trueques y manejos de un disco han llevado a muchos a conseguir casi lo imposible, mientras que otros se arreglan utilizando las aplicaciones básicas de un teléfono celular, sobre todo el WhatsApp, para ponerse de acuerdo en precios y entregas en lugares determinados.

Sin embargo, el sentido común indica que no hay nada mejor como tener el disco en las manos para ver su estado real y así determinar su precio.

Los dealers profesionales no sólo ofrecen el disco de vinilo, sino muchas veces la copia mejorada y remasterizada en CD, que por lo general incluye bonus tracks.

El barrio bravo, para el que el semáforo de la pandemia da igual, tiene también una parte importante del pastel, aunque pocos trabajadores de la ilegalidad saben qué es lo que en realidad están ofreciendo y vendiendo.

Los conocedores estan al tanto lo que quieren comprar y en dónde lo pueden obtener, o a quién (dados sus antecedentes socioculturales) se lo pueden encargar.

Ese mercado alternativo de una o varias personas, trabaja al amparo del hoy home office de las disqueras institucionales o las independientes.

Disco compacto que sale, sobre todo de rock, ya tienen planeada su ruta alternativa. Y eso mismo aplica con rockumentales especializados.

Dentro de las variantes para mercantilizar el rock, de una y mil maneras diferentes, hay incluso algunas temerarias que funcionan apelando al sentido de la realidad irreal que viven algunos fans: Los que ofrecen las cintas “originales” de un disco de vinilo (que obviamente copian del LP a cinta de carrete, en grabadoras profesionales) para atrapar incautos o tontos sin remedio.

Esto y más pasa en un mundo raro, donde ni los discos ni los DVD valen lo que deberían costar, por razones de antigüedad, fama y linaje.

pepenavar60@gmail.com

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