En épocas recientes, las finanzas personales han estado “de moda”. En algunos programas educativos tempranos, se ha incluido enseñar finanzas a las personas, y ciertas fundaciones dedican el 100% de su tiempo para tratar de educar a los ciudadanos sobre cómo manejar de mejor forma sus finanzas personales, ya que una asignatura pendiente de los países latinoamericanos es aumentar de manera importante el ahorro de las familias.

Pero al llegar las fechas navideñas, las personas no solo se quedan sin un centavo de ahorro, sino que suele ocurrir que se gasta más de lo que se desea, o se tiene. La mercadotecnia del impulso, de la venta inmediata y del consumo irreflexivo está ya muy profunda en la conciencia y el subconsciente de todos nosotros.

Sentimos, y sí, hablamos de emociones, que, “si no regalo nada, no demuestro cariño”, que soy “mala persona”, que no estoy siendo parte de las celebraciones de forma adecuada. Cuando la realidad es que el origen de estas celebraciones es otro, el de conmemorar el nacimiento de Jesús para los católicos y protestantes, y para otras religiones y culturas también una celebración del fin de un ciclo.

Entonces, ante este dilema, ¿qué hacer? ¿ahorrar o gastar? Ahora más que nunca me gustaría compartir las siguientes recomendaciones:

1.- Evite endeudarse , no es bueno gastar a futuro, en crédito de tarjetas o de otro tipo, con el pensamiento que, en el futuro, tendrá el dinero para pagar. Estará inevitablemente hipotecando su futuro ingreso, y entrará a una trampa perversa, donde necesitará pedir dinero, para poder pagar lo que debe. Recuerde, el pago de las deudas, que es los intereses más el pago del principal que venza en el mes, no es recomendable que sea mayor al 25% del ingreso total del mes. Esta es una regla de oro.

2.- Haga una lista de los regalos que “tiene” que hacer, y pregúntese, ¿qué es lo que necesita esta persona? Muchas ocasiones, la mayoría, regalamos cosas que no utilizará la otra persona, que terminan en el armario arrumbados. Busque un regalo que verdaderamente pueda hacerle un cambio (físico, emocional o intelectual) a esa persona. Investigue qué le gusta y se dará cuenta que quizá el regalo es más económico de lo que pensaba, y además, se lo agradecerán.

3.- No compita . No vea a su vecino, hermano, cuñada que compra algo caro, lujoso, y usted quiera competir para ver “quién compra lo más oneroso”.

4.- Asegure su gasto de primera necesidad. Si ya sabe lo que le cuesta el gas, la luz, alimentación, internet, etc., separe ese dinero desde el inicio de la quincena. Se evitará muchos dolores de cabeza.

5.- Dese un gusto personal . Una salida con su pareja, un regalo para usted, que ha postergado, y que tiene posibilidad de hacerse de él. Créame que le cambiará el ánimo y la vida.

6.- “Páguese usted primero” diría en su libro Robert Kiyosaki. Significa que ahorre un porcentaje de su ingreso en cuanto llegue. No hay una cantidad pequeña en ese sentido de ahorro, pero se recomienda entre un 5 y el 10% del mismo. Será un sacrificio, sí, pero valdrá la pena a largo plazo.

Si tiene que comprar bienes de alto precio, revise bien las “ofertas” que le ofrecen. Analice y compare, vea las diferencias entre uno y otro producto, no se vaya por el modelo más nuevo, pensando que es el mejor. En muchas ocasiones, las mejoras entre modelos son meramente incrementales, por lo que no suelen ser proporcionales al aumento en el costo.

Y por último, disfrute las fiestas en familia , ya sea que los tenga lejos o cerca, la tecnología nos ha permitido estar cada vez más cerca a las personas que están a la distancia. Más que objetos, busque encuentros, experiencias, y su vida será mucho mejor.

Espero que estos pequeños consejos puedan hacer la diferencia en su presupuesto navideño familiar y le ayuden a disfrutar con desahogo económico (o por lo menos sin deudas apremiantes) las fiestas.

Profesor de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, campus Aguascalientes.  

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