El segundo hijo de tres, y el único varón, del legendario campeón de rallies Carlos Sainz vive , con el sabor agridulce de que los resultados y la velocidad ahí están para mirar al futuro, pero sabiendo que la apuesta en Maranello no fue por él.

Apenas en febrero, la noticia más relevante —en por lo menos la última década en la Fórmula 1— irrumpió en el camino del piloto madrileño, frustrando los sueños de continuar vestido de rojo: Lewis Hamilton renunciaba a Mercedes para llegar a Ferrari en 2025, con un acuerdo millonario, impulsado por el propio John Elkann, presidente del grupo automotriz Stellantis.

Y es que Sainz había logrado mantener una dupla equilibrada con el monegasco Charles Leclerc, superándolo en puntos en 2021 y dándole al equipo su única victoria en 2023, en el Gran Premio de Singapur. Hay que decir que, con su actual alineación de pilotos, Ferrari rompía con la tradición de los últimos 20 años de no contar con un campeón del mundo, como venía sucediendo con Michael Schumacher, Kimi Räikkönen, Fernando Alonso y Sebastian Vettel. En 2021, bajo el mando de Mattia Binotto, el equipo italiano buscó en noveles volantes la gloria perdida; uno desarrollado y cobijado en sus filas (Leclerc), y otro exRed Bull, Carlos Sainz Jr.

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Carlos Sainz, previo a la carrera sprint del Gran Premio de Qatar - Foto: AFP
Carlos Sainz, previo a la carrera sprint del Gran Premio de Qatar - Foto: AFP

En la actual temporada, el español padece de la típica frialdad que varios equipos aplican a los pilotos que están en su último año: Los celebran poco, los acompañan lo indispensable y, hacia los últimos meses, la cantidad de datos que se les comparten son los mínimos, para evitar que se vayan con algún secreto a otra escudería.

Así lo vive ya el español, quien en las primeras tres carreras de la temporada, aún con una operación de apendicitis de por medio, ha entregado podios y buenas calificaciones a Ferrari, picado también en el orgullo de no saberse elelegido”, figura que desde su llegada siempre ha encarnado Charles Leclerc, un velocista nato a una vuelta, pero al que en momentos cruciales siempre le ha faltado madurez. Para muestra un botón, apenas en la calificación del Gran Premio de Australia de esta semana, en donde —después de una serie de equivocaciones— decidió abortar su última vuelta, quedando en cuarta posición, mientras que Sainz acarició la pole position.

Carlos está, con sus actuaciones, gritándole en la cara al equipo que eligieron al piloto equivocado para acompañar a Hamilton y, si al final del año, termina con más puntos que su compañero, habrá dado una elegante bofetada con guante blanco, en tanto que Leclerc quedará en entredicho, pero con un largo contrato por delante para cumplir.

Seguramente, veremos a Carlos Sainz llegar a Kick Sauber en 2025, viviendo la transición que tendrá el equipo hacia Audi en 2026. Pero mientras, la cicatriz Ferrari quedará en su historial.

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