Según Huizinga, el juego es una acción u ocupación libre, que se desarrolla dentro de ciertos límites temporales y espaciales, de acuerdo con reglas aceptadas voluntariamente, al margen de la esfera de las necesidades materiales.

Como lucha imaginaria, el ajedrez es un juego que simboliza una batalla. En los niños, los juegos forman parte de su aprendizaje, al mismo tiempo que son un recreo que cumple con necesidades de carácter psicológico y evolutivo. Como tal, son una proyección de sus emociones y anhelos de competir para demostrar supremacía.

La esencia del ajedrez está en lo que simboliza. Para vencer, hay que inventar soluciones que generan sentimientos de entusiasmo, ansiedad, elevación e inspiración similares a cualquier expresión creativa, a las que algunos artistas como Schiller, Rilke o Lawrence calificaban como arte.

Un refrán árabe dice que el juego es la poesía de la vida. Don Alfonso Reyes opinaba que la poesía es el baile del habla. Y, en ajedrez, es sabido que sus finales artísticos y sus combinaciones son la poesía del juego.

Javier Vargas
Javier Vargas
Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS