Ayer el periódico Reforma publicó que la Fiscalía General de la República (FGR) está intentando reabrir el caso del asesinato del excandidato presidencial Luis Donaldo Colosio. Para ello, tratan de imputar a un exagente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), Jorge Antonio Sánchez —quien también era parte del equipo de seguridad del priista— como el “segundo tirador” que le disparó en Tijuana.

Según la nota periodística, la investigación federal también apuntaría contra otras dos personas: Genaro García Luna —el villano favorito de este sexenio—, quien en 1994 era subdirector del Cisen y habría sido enviado a Tijuana para averiguar el papel de Sánchez; y contra Jorge Tello Peón, quién dirigía en ese entonces el Cisen y se le estaría acusando de entorpecer las investigaciones y de haber gestionado la liberación de Sánchez.

La realidad es que Sánchez fue detenido e investigado en 1994, pues su chamarra estaba ensangrentada, pero nunca se le vinculó a proceso penal. El caso Colosio ha sido investigado por fiscales y gobiernos de todos los colores a lo largo de los años. La realidad parece confirmar los veredictos judiciales: Aburto fue un asesino solitario cuya motivación fue la de generarse fama.

Si hubiera existido cualquier otro móvil, los gobiernos de Zedillo (que no compaginaba con el de Salinas de Gortari) y, los de Fox y Calderón (que no compaginaban con el PRI), lo hubieran dado a conocer. Luego de años muchos, quienes trabajamos para el licenciado Colosio nos convencimos de la teoría del “tirador solitario”. En mi caso, tuve una larga platica al respecto con el Dr. Rafael Moreno, quien fue el encargado del dictamen pericial del caso y cuya trayectoria como médico forense y académico en la UNAM fue siempre intachable. De hecho, el laboratorio de criminalística del Inacipe lleva su nombre.

Además, el entonces presidente Zedillo no confiaba nada en Tello Peón. Su paso por la entonces PGR y el Cisen de Salinas lo hacían incómodo. Zedillo lo mandó investigar a fondo. Nunca se le encontró nada, más que ser un funcionario honesto y capaz. Tello Peón fue quien descubrió quien era el Subcomandante Marcos, abogó por programas sociales, no las armas, para combatir al Zapatismo. Creó el antecedente de lo que es hoy la Guardia Nacional e incluso ayudó a formar a funcionarios respetados de la 4T, como al General Luis Rodríguez Bucio, hoy subsecretario de Seguridad Federal.

Reabrir el caso Colosio, con una testigo que 30 años después “recordó” haber visto a Aburto con el agente Sánchez, parece una maniobra electoral para intentar dañar a la oposición y, señaladamente, al PRI. Pero la FGR está siguiendo una ruta en la que empieza imputando a exfuncionarios menores y va subiendo la escalera jerárquica para buscar llegar, o que alguien como testigo lo impute, al expresidente Carlos Salinas de Gortari. Así, el agente Sánchez sirve para llegar a García Luna, éste último sirve para llegar a Tello Peón y, a su vez, éste otro para llegar al expresidente. Ese es el objetivo, dado que en los magnicidios no existe la prescripción legal. De hecho, este es el único expediente por el que Salinas de Gortari podría ir a la cárcel. Todas las decisiones que se tomaron en su administración han caducado legalmente y no pueden ser investigadas.

Pero lograr que un juez federal otorgue órdenes de aprehensión por un caso como el señalado tiene sus retos. Hay criterios de que las pruebas para abrir un expediente así tienen que ser idóneas y novedosas. Una testigo que cambia su declaración, luego de 30 años, dista de ello. Por eso, Jesús Alberto Chávez, juez de Distrito en Toluca, negó la primera orden de aprehensión solicitada. El tema aún no está muerto, pues en este sexenio hemos visto cuestiones penales que rebasan criterios existentes y hasta la lógica, como el caso Ayotzinapa, por lo que la estrategia de la FGR aún no se puede descartar.

Mientras tanto, los nombres de muchos exfuncionarios honestos, como los de Rafael Moreno y Jorge Tello Peón, injustamente estarán en entredicho. Pero, sobre todo, es un agravio para los hijos y familia extendida de Colosio. No merecen que un tema tan doloroso sea usado para fines políticos. En los hechos, lejos de darles justicia, se les está revictimizando. Ayer lo dejó ver el joven alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas.

CAMBIANDO DE TEMA:

Morena ayer se desistió, en la Comisión Permanente del Congreso, de votar la ampliación del cargo de Jenaro Villamil, por cinco años más, al frente de los medios públicos federales (SPR). No tuvieron los votos. Ahora la extensión de su cargo se irá al Senado de la República, en donde será un reto para el oficialismo juntar la mayoría calificada. En este contexto hay acusaciones de todos los partidos de oposición de que la radio y TV que opera el gobierno federal se está utilizando con criterios partidistas. Esto hace mucho que no pasaba y el monitoreo del INE respalda la acusación. Igual o más preocupante es la caída de audiencia que han tenido los medios públicos. Ni hablar. Ojalá pronto se les rescate.

X: @JTejado

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