Dichos como el anterior son, lamentablemente, muy comunes en nuestro país y podríamos hacer una extensa recopilación de ellos, siendo algunos más populares o misóginos que otros. Durante mi niñez solía decirse que “detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer”, enunciado que limitaba su papel al de simples comparsas, bajo la sombra de los varones.

Las mujeres no deben conocer más asuntos que los de la cuna y la cocina.
Refrán mexicano del Siglo XIX

Sin embargo, pese a ser minimizada, la participación de las mujeres en la vida pública de lo que hoy es México ha sido muy abundante y vamos a recordar algunos ejemplos, comenzando con Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, intelectual, escritora y religiosa más conocida como Sor Juana Inés de la Cruz y cuya imagen adornó durante muchos años los billetes de mil pesos, como vemos en la imagen.

Las faldas bien puestas
Las faldas bien puestas

Juana Inés fue, sin duda, una mujer adelantada a su tiempo. Se dice que nació el 12 de noviembre de 1651 en la Hacienda de San Miguel de Nepantla, Estado de México; aunque un acta de bautismo encontrada a mediados del Siglo XX indica que lo hizo en 1648. Aprendió a leer a los tres años en Amecameca y los trabajadores indígenas de la hacienda Panoaya, donde vivía, le enseñaron su lengua, por lo que a los ocho años escribió sus primeros versos en español y náhuatl. Poco después su familia se trasladó a la ciudad de México, donde brilló en la corte virreinal por su gran erudición, dejando testimonio de ello el historiador Carlos de Sigüenza y Góngora, quien solía visitarla en su celda del convento de la Orden de San Jerónimo e hizo hincapié en “su capacidad en la enciclopedia y universalidad en las letras”.

De acuerdo con Octavio Paz, Juana Inés terminó “enfrentándose a la ortodoxia y al poder en cuyo seno estaba integrada”, por lo que "tuvo que hacerse monja para poder pensar". Lo que en otras palabras quiere decir que se enclaustró para no casarse y seguirse cultivando.

“Vivir sola... no tener ocupación alguna obligatoria que embarazase la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado silencio de mis libros”, anotó quien se convirtió en la escritora más reconocida de la Nueva España y reivindicó el derecho de las mujeres a aprender, por lo que nuevamente citando a Paz, "termina siendo, sin darse cuenta, una feminista que pide que haya mujeres que puedan enseñar a las otras 'las ciencias terrestres' como condición para que puedan acceder a las celestes".

Sor Juana no solo no necesitó a ningún varón para convertirse en una de las mujeres más importantes de nuestra historia, sino que superó las limitaciones de una sociedad machista e hipócrita que, en muchos sentidos, continúa existiendo, algo que nos muestra la actualidad del siguiente verso:

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

Las faldas bien puestas
Las faldas bien puestas

Siglo y medio después del nacimiento de Sor Juana, doña María Josefa Crescencia Ortiz Téllez-Girón (quien quedó inmortalizada en los viejos billetes de cinco pesos) participó activamente en la conspiración de Querétaro y, pese a haber sido encerrada tras descubrirse la conjura, logró enviarle un correo a Miguel Hidalgo para ponerlo sobre aviso, levantándose el cura en armas la madrugada del 16 de septiembre. Y aunque muchos creen que ahí terminó su participación a favor de la independencia, la verdad es que siguió apoyando al movimiento, por lo que en 1814 un pelotón fue a su casa para aprehenderla.

—Tantos soldados para custodiar a una pobre mujer —dijo al verlos—, pero yo con mi sangre les formaré un patrimonio a mis hijos.

Años después, tras la independencia de México y la adopción del imperio como forma de gobierno, doña Josefa fue invitada a unirse a la corte por Ana Huarte, esposa de Agustín de Iturbide.

—La que es soberana en su casa —respondió—, no puede ser dama de una emperatriz.

Pero no solo rechazó el ofrecimiento, sino que conspiró a favor de la república, siendo después consejera del primer presidente de México, Guadalupe Victoria. Es importante destacar que doña Josefa se negó siempre a recibir recompensas y homenajes por su participación en el movimiento de independencia.

Las faldas bien puestas
Las faldas bien puestas

Otra figura importante de esta lucha fue sin duda María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador (a quien vemos representada en una imagen utilizada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador).

Tenía 21 años cuando Hidalgo se levantó en armas y no solo fue informante de los insurrectos, sino que usó su fortuna para apoyarlos; pero fue descubierta por los realistas, quienes confiscaron sus bienes y la encerraron en un convento del que escapó disfrazada y montando un burro, casándose poco después con Andrés Quintana Roo. Y como ambos apoyaban a la insurgencia, fueron perseguidos por el gobierno virreinal, motivo por el que su primera hija nació en una cueva.

A pesar de ello, en 1831 el conservador Lucas Alamán –en ese entonces ministro de Relaciones Exteriores– le negó el título de heroína de la Independencia, asegurando que simplemente “había seguido a su amante”, por lo que quien es considerada la primera periodista en la historia de México le respondió en El Federalista.

Por lo que a mi toca, sé decir, que mis acciones y opiniones han sido siempre muy libres, nadie ha influido absolutamente en ellas, y en este punto he obrado siempre con total independencia, y sin atender a las opiniones que han tenido las personas que he estimado. Me persuado que así serán todas las mujeres, exceptuando a las muy estúpidas, o a las que por efecto de su educación hayan contraído un hábito servil. De ambas clases también hay muchísimos hombres.

Tras su muerte el 21 de agosto de 1842, triste suceso del que hoy se cumplen 180 años, Leona Vicario fue declarada Benemérita y dulcísima Madre de la Patria. Es, además, la única mujer que ha recibido funerales de Estado en nuestro país, reconocimiento más que merecido para una mujer extraordinaria.

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@IvanLópezGallo

Nota.- Este ensayo forma parte de El que no espera vencer ya está vencido. Personajes y hechos que nos dieron patria, libro que se ocupa de personajes y acontecimientos importantes y poco conocidos de la historia de nuestro país.

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