Por Dip. Irán Santiago Manuel*

Mediante la lengua, las personas preservamos la historia, costumbres y tradiciones de nuestra comunidad. El idioma es fundamental en los ámbitos de la protección de los derechos humanos, la consolidación de la paz, la reconciliación y el desarrollo sostenible.

La lengua contribuye a construir y fortalecer las autonomías y las identidades de los pueblos indígenas, así como el capital intelectual para el desarrollo cultural y científico. La pérdida de una lengua tendría un impacto negativo en las culturas indígenas afectadas.

Según datos oficiales, México cuenta con 69 lenguas nacionales: 68 indígenas y el español, por lo que se encuentra entre las primeras diez naciones con más lenguas originarias y ocupa el segundo lugar con esta característica en América Latina, después de Brasil.

Nuestro país, corre peligro de que se extingan el 60 por ciento de sus lenguas indígenas. La extinción no solo significa perder un medio de comunicación, tiene alcances más devastadores, pues trae consigo la extinción de todo el bagaje cultural, lo que significa la pérdida de conocimientos y saberes en distintas áreas como la salud, el medioambiente, la astronomía, técnicas de trabajo, por mencionar algunas.

La mayoría de las constituciones de los países latinoamericanos han integrado de alguna u otra forma, explícita o implícitamente, el reconocimiento de las lenguas indígenas, lo que se va sumando a las diversas acciones encaminadas a la celebración de Decenio Internacional de las Lenguas indígenas (declarado por la Asamblea General de la ONU), para el periodo 2022-2032.

Nuestra Carta Magna en el artículo 2o. apartado A, fracción IV, reconoce y garantiza la necesidad de “Preservar y enriquecer sus lenguas, conocimientos y todos los elementos que constituyan su cultura e identidad”. No obstante, esto no es suficiente, pues lo que se requiere es que tanto las lenguas indígenas como el español se reconozcan por igual y se definan como lenguas nacionales, en un sentido similar a lo que en otros países ya se consagra en sus respectivas Constituciones.

Si bien nuestra Constitución no reconoce ningún idioma oficial, tanto las lenguas indígenas como el español se reconocen como lenguas nacionales, que “tendrán la misma validez” en el artículo 4o de la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas.

Reconocer en nuestra Carta Magna las lenguas nacionales implica:

1. Permitir y fomentar el uso de las lenguas;

2. El reconocimiento y respeto de las lenguas indígenas como lenguas vigentes y con la misma validez que el español; y,

3. La promoción de las lenguas como obligación del Estado mexicano, desde los espacios educativos hasta los institucionales.

Ese reconocimiento constitucional, como lenguas nacionales, busca reivindicar a todas las lenguas que se hablan en México, además de un acto de justicia social, trata de romper con su invisibilización y asegurarle el uso legal para evitar la discriminación y el olvido.

*Diputado Federal, profesor normalista y originario de la cultura Binnizá de Juchitán, Oaxaca, hablante de la lengua Diidxazá o Zapoteco.

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