La incertidumbre que existía entre los futbolistas de la Liga MX se ha convertido en miedo. El caso de Julio César Domínguez, cuya infección en los pulmones es una complicación por (aunque fue asintomático), ha alertado a otros jugadores que también han sido diagnosticados con el virus y cuyos clubes parecieran querer forzar sus regresos a las canchas.

Es algo normal, son seres humanos como cualquiera de nosotros, con preocupaciones, a pesar de que en muchas ocasiones parecen vivir en una burbuja, aunque ha habido algunos que han cometido indisciplinas y se han salido de protocolo. Por eso es que la Liga MX debe poner gran atención en que se siga el protocolo, que se cumpla con el tiempo que se debe cumplir para que un futbolista pueda regresar a jugar, no apresurarlo, no forzarlo y hacerles pruebas cada seis horas en busca de un negativo que puede ser mentiroso.

Los clubes no pueden pensar en poner lo deportivo antes de la salud de sus futbolistas. Ojalá haya control para que los directivos que piensan que por no haber ganado en sus primeros partidos, y que esto los llena de presión, tengan la idea de querer tener a quienes puede que no estén recuperados o que puedan tener alguna otra complicación por apresurar su retorno a las canchas.

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Responsables, los clubes y los mismos jugadores, aunque insisto en que la Liga debe revisar que se cumpla lo establecido y si no, que sancione. Porque sí se está cumpliendo en cosas como la desinfección de los estadios, balones, en el protocolo que debe llevar la gente de producción que va a los estadios, como para que los principales actores no lo hagan.

El VAR y todo el staff tienen un proceso tardado y hasta podría decirse fastidioso para poder ingresar a los estadios, a sus unidades móviles, pero lo cumplen.

Por supuesto que hay jugadores que tienen miedo de regresar a jugar y de las secuelas que pueda tener el Covid-19 en sus vidas, con todo y aquello de ser asintomáticas. Seguramente ninguno lo hará público, por las represalias que puedan existir, pero igual estarían en su derecho de pensar en no jugar hasta que se sientan en óptimas condiciones y que no los apresuren a hacerlo. El desafortunado caso del Cata Domínguez, que esperemos se recupere, es una llamada de atención en todos los niveles: futbolistas, clubes, Liga, para que entiendan la gravedad de una situación que no parece mejorar.

@gvlo2008

gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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