La imagen de un hombre seguro, educado y relajado, cambió radicalmente cuando el grupo de jugadores que “dirige” le ha hecho enfurecer.
Al estilo del doctor Jekyll y el señor Hyde, con una transformación brutal, Santiago Solari ha encontrado en Pachuca su Waterloo: Primero, con la goleada en la pasada Liguilla, y ahora, en el partido de hace dos noches, sin ecuanimidad, pateando y aventando todo lo que tenía frente a él, porque simple y sencillamente no le gustaba lo que veía en la cancha.
Una actitud que, si hubiera sido proyectada por Miguel Herrera, sería altamente cuestionada, pero como se trata de este hombre que se ha manejado con una imagen culta, limpia, pasó de largo. Entre sus fúricas reacciones, cargó en contra de la cuarteta arbitral durante el partido con acciones de reclamo que no se le habían visto antes, y después con su defensa, a la que le han marcado de cabeza (tres en pelota parada y una más en movimiento) los últimos cuatro goles recibidos por el equipo. Sin embargo, en este punto se le olvidó la autocrítica, porque si la defensa no está funcionando, algo debe estar faltando en la sesiones de trabajo y no han logrado corregir lo mucho que exhibió el Toluca hace unas jornadas.
Lo cierto es que el América no se encuentra, que mantiene un liderato poco sólido, mismo que continúa gracias a la pobreza con la que se ha jugado en el presente certamen de la Liga MX. El Apertura 2021 ha sido de un nivel muy bajo, se ha convertido en una competencia que permite a un equipo tener tres partidos consecutivos sin ganar, como en el caso del América, y aún continuar en la cima. Esto refleja que con muy poco se puede ser campeón en México y aún así Solari se desespera, y se violenta en sus actitudes.
La situación debería ser al revés, más bien de agradecimiento para esa mediocridad de la Liga , porque con el nivel de juego que ha mostrado en estos últimos partidos el equipo, estar en primer lugar ya es ganancia.
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Y para quienes no crean en esta medianía del torneo, hay ejemplos claros, como el del Necaxa, que tenía cuatro partidos perdidos de manera consecutiva y ahora ya está en zona de clasificación; Mazatlán , igualmente. Con migajas se mete un equipo a la Liguilla, así que Solari debería estar tranquilo y regresar a su imagen de entrenador zen, el que transmite tranquilidad y que le encuentra el mejor ángulo a lo que todos los demás ven como llamadas de atención, porque el equipo estaba sacando los resultados sin realmente estar dentro de los parámetros futbolísticos que demanda el verdadero americanismo.
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