La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación está lista para desempeñar sus funciones de cara a la jornada electoral del 2 de junio de 2024.

En esta ocasión, quisiera dar una respuesta a una pregunta recurrente en la opinión pública: ¿Qué le toca hacer a la Sala Superior en esa histórica elección a la Presidencia de la República?

La Sala Superior debe emitir el dictamen relativo al cómputo final, declaración de validez de la elección y de Presidenta o Presidente de la República electo.

Para poder emitir ese dictamen, hay un procedimiento que debe ser conocido por toda la ciudadanía mexicana.

Primero, desde luego, se llevará a cabo la elección de la presidencia de la República en la próxima jornada electoral del 2 de junio, junto a otros miles y muy relevantes cargos, como la elección de todas las y los legisladores que integrarán las dos cámaras del Congreso de la Unión.

El Instituto Nacional Electoral (INE) es el encargado de la fase de organización electoral, incluyendo la elección presidencial. Una vez que reciba la votación, efectuará el cómputo en cada uno de los distritos electorales uninominales.

El INE implementará el llamado “PREP” (Programa de Resultados Electorales Preliminares). Este programa informará los resultados en tiempo real y tomará los datos de documentos que integraron cada paquete electoral. La noche misma de la elección conoceremos los resultados que arroje este mecanismo.

El miércoles siguiente, cada uno de los 300 consejos distritales hará la sumatoria de los votos a partir de las actas de escrutinio y cómputo y, en los casos en que proceda, podrá hacer el recuento correspondiente. Una vez concluido cada cómputo distrital, los partidos políticos o coaliciones contarán con cuatro días para impugnarlos, en su caso (art. 55 de la Ley de Medios de Impugnación en Materia Electoral).

De igual forma, después de la presentación del informe por la Secretaría Ejecutiva del Instituto Nacional Electoral, los partidos o coaliciones podrán impugnar la validez de la elección presidencial ante la Sala Superior del Tribunal Electoral, a través de juicios de inconformidad.

Los actores podrán plantear nulidades de votación en una o varias casillas, así como la nulidad incluso de toda la elección presidencial (arts. 50.1, 75 y 77 bis de la Ley).

La Sala Superior es la única competente para calificar la elección presidencial mexicana. Es decir, realizará el cómputo total de votos (en el cual resta los anulados y suma los validados). Además, verificará el cumplimiento de las formalidades establecidas por la Constitución, los requisitos de elegibilidad y la observancia de los principios constitucionales en la elección.

La Sala Superior tiene como fecha límite el seis de septiembre para emitir la declaración final de validez de la elección y la de Presidenta o Presidente Electo (art. 166, fracción II, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación), pero puede hacerlo antes si el análisis del expediente lo permite.

Sólo al Tribunal Electoral le corresponde determinar quién será la Presidenta o Presidente electo de la República y entregarle su constancia. Es decir, los resultados del INE son provisionales y no adquieren un carácter oficial hasta que pasan por el tamiz y el análisis del Tribunal.

Por ello, la función del Tribunal Electoral es de una importancia extraordinaria para nuestra democracia, pues le corresponde en última instancia determinar a la ganadora o al ganador de la Presidencia de la República, que ejercerá el cargo del 1º de octubre de 2024 al 1º de octubre de 2030.

Podemos decir que la declaratoria del Tribunal Electoral es la formalización jurídica de los resultados que arrojen las urnas, esto es, la confirmación jurídica final de los resultados del dos de junio.

Esta determinación se comunicará a la Cámara de Diputados para que, en su caso, publique el Bando Solemne que notificará a la Nación mexicana que tenemos Presidenta o Presidente electo.

Sin duda, se tratará de una elección histórica para nuestro país, para la generación presente y para las generaciones futuras de mexicanos. La nueva presidencia de la República terminará de dar identidad prácticamente al gobierno federal del primer tercio del siglo XXI.

Por ello, es una elección que nos convoca a todos, a los partidos y contendientes, a la ciudadanía y, desde luego, a las instituciones, que tenemos la responsabilidad de dar certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad, objetividad, profesionalismo y ejemplaridad, en la búsqueda permanente de consolidar a nuestra democracia.

El Tribunal Electoral está listo para este que, estoy seguro, será un memorable acontecimiento democrático.

Magistrado del Tribunal Electoral del

Poder Judicial de la Federación

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