Al acercarnos al cierre de este año, es imperativo realizar una evaluación crítica de los eventos que han marcado la trayectoria económica de México en este último bimestre. A lo largo de estos doce meses, la nación ha enfrentado diversos desafíos y oportunidades que han dejado una huella significativa en su desarrollo económico. Desde cambios en la política gubernamental hasta factores globales.

Por una parte, la propensión a evitar riesgos ha experimentado un incremento debido al agravamiento de las tensiones geopolíticas, en particular aquellas vinculadas con el conflicto Europeo entre Rusia y Ucrania, así como la intensificación de las hostilidades en la región de Medio Oriente (caso Palestina). Por ende, las condiciones financieras a nivel global se han visto impactadas en un contexto de alta volatilidad en los mercados financieros, además de registrar aumentos en las tasas de interés a largo plazo.

Con respecto a nuestro país, la Junta de Gobierno del Banco de México tomó la decisión unánime de mantener la tasa de interés en un 11.25%, dado que la inflación persiste en 4.32% a tasa anual por encima del rango meta establecido entre el 3% y el 4%. Esto no es del todo bueno ya que mantener una tasa de interés elevada puede tener diferentes efectos:

-Desincentivo a la inversión y el consumo: Tasas de interés elevadas pueden desincentivar tanto la inversión empresarial como el consumo de bienes duraderos por parte de los consumidores. Esto puede llevar a una disminución en la actividad económica y la demanda. Por ejemplo, lo que pasó con la inversión fija bruta, que registró una caída mensual de 1.53% en septiembre, siendo la más considerable desde mayo de 1995.

-Costos de endeudamiento: Las tasas de interés altas aumentan los costos de manejo de deuda tanto para empresas como para individuos. Esto puede resultar en mayores pagos de intereses, lo que afecta negativamente la capacidad de endeudamiento y puede llevar a problemas financieros para algunos sectores.

-Presión sobre la deuda: Empresas y gobiernos que tienen deudas existentes pueden enfrentar una mayor carga financiera cuando las tasas de interés son altas. Esto puede dificultar la gestión de la deuda y aumentar el riesgo de incumplimiento.

-Tipo de cambio: Tasas de interés elevadas pueden atraer flujos de capital extranjero en busca de rendimientos más altos. Esto puede resultar en un aumento en el valor de la moneda local, lo que podría perjudicar a las exportaciones y afectar la competitividad. Otro caso claro lo encontramos con la inversión en maquinaria y equipo importado que creció 1.73%.

-Freno al crecimiento económico: En términos generales, las tasas de interés elevadas tienden a actuar como un obstáculo para el crecimiento económico, ya que pueden disminuir la inversión, el empleo y el gasto, contribuyendo así a una desaceleración económica. Sin embargo, es importante señalar que hasta la fecha esta premisa no se ha cumplido completamente, ya que se observan indicadores positivos en la economía. La inversión en construcción residencial, por ejemplo, experimentó un crecimiento del 3.42%. Además, el consumo privado también mostró signos alentadores con un aumento del 0.82%, reflejando un crecimiento continuo en los meses anteriores y situándose en un 5.02% a tasa anual.

El 5 de septiembre, el Banco de México actualizó la cifra de las reservas, que, en el ámbito financiero y económico a nivel nacional, usualmente está compuesta por activos en moneda extranjera como divisas y oro. Este respaldo se mantiene para apoyar la moneda del país y cumplir con las obligaciones externas. Se logró un aumento en la reserva internacional, ascendiendo a 842 millones de dólares. Al finalizar la semana, el saldo totalizó 207 mil 120 millones de dólares.

Asimismo, la base monetaria, que abarca billetes, monedas en circulación y depósitos bancarios en cuenta corriente en el Banco de México, experimentó un incremento de 18 mil 976 millones de pesos, alcanzando un total de 2 billones 793 mil 627 millones de pesos. Esta cifra representó una variación anual de 9.4%.

A grandes rasgos podemos asegurar que, a pesar de las adversidades, la economía mexicana ha demostrado resiliencia y adaptabilidad, reflejada en indicadores positivos en sectores clave. Estos aspectos sugieren que, a medida que nos acercamos al cierre del año, existen fundamentos sólidos que podrían sentar las bases para un crecimiento económico sostenible en el futuro y ¿por qué no? superar las expectativas de crecimiento dadas por el mismo gobierno.

Finalmente, desde este espacio, quiero aprovechar la oportunidad de desearles, en esta Navidad, que la alegría ilumine su hogar y que cada momento esté lleno de amor y paz. Que compartan risas con seres queridos y encuentren felicidad en cada pequeño detalle. ¡Felices fiestas y que tengan un año excelente, lleno de éxitos, estabilidad económica y bendiciones!

Académico de la Universidad del Valle de México, Campus Zapopan

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