Qué mexicano —y también tantos viajeros que han estado ahí— no tiene un lugar especial en su corazón para Acapulco.

Como bien lo dice Raphael, “puede ser la luz del cielo, o el color del oro viejo de los chicos y las chicas bajo el sol. Puede ser que estén más cerca las estrellas de la tierra y por eso todo cambie de color. Todo me habla de amor. La tierra mojada y su olor, en Acapulco”.

A esta bahía le han cantado artistas de todo el mundo y se le ha retratado en cientos de filmes de forma única.

Agustín Lara, Elvis Presley, Neil Diamond, Juan Gabriel, The Four Tops, Luis Miguel, Todd Terje, Ricchi e Poveri, Les Baxter y Bob Dylan son algunos de los intérpretes y compositores a los que cautivó este enclave y al que le dedicaron notas a ritmo de pop, funk, jazz, boleros y rock and roll.

El mismo agente 007 realizó ahí una de sus misiones en la saga de James Bond, Licencia para matar, pues en la Villa Árabe se filmaron algunas escenas de la película que fuera estelarizada por Timothy Dalton y dirigida por John Glen.

Otra anécdota conocida es la de cómo El rey del rock, Elvis Presley nunca estuvo en la bahía cuando protagonizó la película Diversión en Acapulco, el legendario musical de los años 60 dirigido por Richard Thorpe.

En ella, Presley encarna a un atractivo joven que encuentra refugio en este paraíso mexicano y se vuelve cantante de un hotel.

Todas las escenas de la playa fueron hechas con un doble de Elvis, mientras que el cantante realizó el resto de las tomas en los estudios de Paramount en Hollywood.

Rambo también hizo suyas esas caletas, pues en la secuela de esta saga podemos ver a Sylvester Stallone en las playas guerrerenses que fueron utilizadas como locaciones que representaron zonas de Vietnam en las que George P. Cosmatos sitúa la acción.

Las cartas de amor del cine hacia la Riviera mexicana nunca se han detenido.

En 2013 Eugenio Derbez dirigió y protagonizó No se aceptan devoluciones, la película en español que más recaudación ha logrado en taquilla en Estados Unidos.

La trama de esta historia ocurre también en varios puntos del puerto de Acapulco.

Y hace sólo un par de años, en el 2021, el realizador mexicano Michel Franco filmó una melancólica Sundown con el actor Tim Roth, en esta ciudad.

Si algo deslumbró al actor inglés fueron los atardeceres, que describió como los más bellos del planeta. Y así, podríamos seguir recordando a esta musa hecha tierra y las pinceladas que dejó en tantas obras con la nostalgia y la impotencia que nos deja hoy ver toda la devastación y todo el sufrimiento de quienes la habitan.

“Otis” ha herido en lo más profundo a esta Riviera mágica.

Golpeó a su gente de forma cruel y despiadada.

Convirtió a sus palmeras en letales proyectiles, al murmullo de su brisa en una serie de ráfagas mortales, y a su mar enigmático en corrientes implacables.

Pero lo que esta rabia de la naturaleza no se ha podido llevar es el espíritu de Acapulco.

En donde las estrellas siguen estando más cerca de la tierra, en donde el alma guerrera no descansará hasta levantarse de sus propias cenizas.

Porque este enclave es único y, si existe el ave fénix, anida ahí, en el puerto de Acapulco.

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