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Los mandos militares del Ejército y Marina, designados por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, cumplen los requisitos establecidos por la ley y garantizan “estabilidad, continuidad e institucionalidad”, señalan expertos en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad Panamericana y del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).

“Conocen bien a sus instituciones y han sido bien recibidos en términos de las trayectorias de sus carreras profesionales”, considera el especialista en temas de seguridad nacional de la UNAM, Javier Oliva Posada.

Afirma que habrá ajustes por la situación que atraviesa el país, pero “lo importante es [mantener] el nivel de colaboración que se observó, por primera vez en la historia, entre la Secretaría de Marina y la Secretaría de la Defensa Nacional”.

Señala que las acciones militares conjuntas deben mantenerse en todas las agencias que se dedican a velar por la seguridad nacional y por la seguridad pública.

Para el académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana, Rodrigo Soto Morales, se rompió una tradición dentro de las Fuerzas Armadas al no ser nombrados militares cercanos al secretario saliente.

Aunque destaca que al frente del Ejército se designó a un general de División que es conocido tanto por la tropa como por los mandos.

Por su parte, el investigador del Inacipe, Martín Barrón, considera que los nombramientos militares tienen que ver más con la relación con el futuro presidente de la República, que con la carrera militar.

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