El Instituto Nacional Electoral (INE) graba 2 mil 352 señales de radio y televisión procedentes de todo el país. Con esto, la autoridad electoral cumple con dos funciones: verificar la transmisión de spots y monitorear los tiempos de cobertura informativa que recibe cada candidato.

Para lograr captar todas las señales, el INE cuenta con 143 Centros de Verificación y  Monitoreo  (Cevem), cada uno equipado con antenas, digitalizadores que graban los programas y servidores que detectan spots en automático.

“No hay nadie en el país ni en el mundo que tenga una capacidad de  monitoreo  tan grande. Sólo en India se hacen ejercicios parecidos”, cuenta Alejandro Vergara, director de procesos tecnológicos del INE, durante una visita de EL UNIVERSAL al centro que se ubica en la Ciudad de México.

Rumbo a las elecciones de 2018, el INE pasará de monitorear cinco o seis promocionales diarios en el periodo ordinario a 96 en la etapa de precampañas, que inicia el próximo 14 de diciembre. Estos 96 spots, que se transmiten individualmente varias veces en radio y televisión, se convierten en más de 150 mil impactos al día que la autoridad está obligada a monitorear.

¿Cómo lo hace? En el Cevem capitalino, encargado de un centenar de señales, sólo hay cinco personas trabajando. Sin embargo, un programa de cómputo depura la información a la manera de un “Shazam gigante”, explica Vergara.

El INE carga todos los spots a un sistema, desarrollado por la empresa Grupo de Tecnología Cibernética S.A. de C.V. (Grupo Tecno) en 2014. Lo que hace el  software  es registrar las huellas acústicas de cada spot para luego detectarlas en las transmisiones.

Ahí es útil la comparación con la aplicación Shazam. El usuario de la app la activa cuando escucha una canción que le gusta y así el teléfono le arroja información sobre el nombre del tema, el artista que lo canta y el álbum al que pertenece.

Lo mismo sucede en las instalaciones del INE: el sistema escanea las señales e identifica cada spot transmitido por su huella de audio generando una base de datos. Si el monitorista ve que la base incluye una omisión, entonces reproduce manualmente alguna de las grabaciones y verifica que efectivamente el spot no haya salido al aire.

Esta es una de las principales asignaciones que tienen los 188 monitoristas distribuidos en los 143 centros. En época de elecciones, acepta Vergara, se contrata a 65 auxiliares de manera temporal para vigilar hasta 3 mil horas de transmisión a la semana.

Otra característica del software implementado por Grupo Tecno es que permite resguardar todos los programas hasta por un lapso de seis meses en la computadora del monitorista. Una vez concluido el tiempo, cada Cevem realiza copias en cintas magnéticas que se guardan en almacenes físicos hasta por cinco años.

Esto significa que todos los programas transmitidos desde diciembre de 2012 a la fecha, de prácticamente todas las estaciones de radio y televisión, están en poder del órgano electoral.

Monitoreo  de noticieros

El artículo 185 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE) establece que “el Consejo General [del INE]  ordenará la realización de monitoreos de las transmisiones sobre las precampañas y campañas electorales en los programas de radio y televisión que difundan noticias”.

Alejandro Vergara relata que esta labor de  monitoreo  de noticias es más compleja que detectar spots, por lo que el INE recurre a una institución de educación superior —tradicionalmente la UNAM— para que analice los contenidos.

“[Estos monitoreos] son complejos, porque se tienen que analizar contenidos, no solamente ver impactos de spots, sino realmente hacer varias revisiones para poder decir si se habló o no de un candidato”, dice el director de procesos tecnológicos.

Jóvenes de los últimos semestres de la carrera de comunicación, con la supervisión de académicos, escuchan y observan noticieros para registrar datos. Se fijan en qué tanto tiempo destina el programa a un partido, si la información que se comparte es positiva o negativa, así como en el orden en que se presentan las notas y si en estas se incluye la voz o la imagen de un candidato.

En total, el  monitoreo  2017-2018 contempla 73 espacios en radio y televisión para el periodo de precampañas y 503 para el de campañas, de acuerdo con el catálogo propuesto por el Comité de Radio y Televisión del INE. De estos, 10 son programas de revista y espectáculos.

No obstante, con la reducción al presupuesto de la autoridad electoral por 800 millones de pesos, el  monitoreo  podría verse afectado en cuanto al número de programas planteados en el catálogo. De acuerdo con Vergara, la Comisión de Presupuesto en el INE ve como “una posibilidad” reducir moderadamente la cantidad de noticieros.

El ojo vigilante del INE en comicios
El ojo vigilante del INE en comicios

Los casi 39 millones se desembolsarán en tres etapas: 30% antes del próximo 31 de diciembre, 50% a lo largo de enero de 2018 y un último pago por 7 millones 794 mil pesos al concluir las campañas electorales.

En relación a qué tanto hace el INE y qué parte corresponde a la institución educativa en el  monitoreo, Vergara responde: “En la parte tecnológica, el instituto cuenta con la infraestructura para captar y grabar las señales en todo el país. Ese es el primer alcance. El segundo es proveer a la institución [educativa] de la metodología y del catálogo y, por último, el sistema con el cual la institución va a aplicar la metodología”.

Los monitoristas del INE “cortan” los noticieros previstos en el catálogo y arman paquetes que suben a la nube. Con una conexión a internet, los universitarios acceden a las transmisiones y aplican la metodología, es decir, analizan los tiempos y valoran las informaciones.

Tan sólo en las elecciones federales de 2015, la UNAM echó mano de 220 monitoristas, entre alumnos y supervisores para cumplir el cometido, adicionales a los 188 con contratos fijos en el INE.

Críticas

El  monitoreo de noticieros no valora como positiva o negativa la información que se comparte de los candidatos en los espacios de debate u opinión. La universidad mide el tiempo dedicado a cada político, pero no se concentra en el carácter de la cobertura.

Alejandro Vergara argumenta que un noticiero es distinto a un espacio de opinión, por lo que se requeriría una metodología distinta. “Se tiene que trabajar en un ejercicio paralelo, no necesariamente para esta elección, porque en esta metodología no cabe”, considera.

Recientemente, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó la resolución del instituto, relativa al monitoreo y la realización por parte de la UNAM.

Esa resolución del consejo había sido impugnada.

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