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Ante una posible disminución de sueldos, ex funcionarios y especialistas alertaron que los diplomáticos mexicanos podrían irse a trabajar a organismos internacionales o a la iniciativa privada porque la paga es mayor.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el ex canciller Luis Ernesto Derbez consideró que si realmente se pretende incluir a la diplomacia mexicana adscrita en el exterior en un recorte salarial, sería un error “terrible”. Lo importante para el Servicio Exterior Mexicano, subrayó, es dotarlo de mayores recursos para que puedan desempeñar mejor su labor y atender a mexicanos que viven fuera del país, principalmente en Estados Unidos.

Derbez Bautista apostó a que el riesgo de una disminución de sueldos en la diplomacia puede desincentivar la llegada de nuevos elementos a este servicio civil de carrera.

Actualmente, expuso, los estudiantes de relaciones internacionales apuestan más irse a organismos internacionales o empresas multinacionales, “porque la paga es mayor.“

“Es necesario abrir más embajadas en África, en Asia, para que haya más presencia de México”, mencionó.

El internacionalista Arturo Magaña Duplanchet consideró que debe revisarse el presupuesto destinado a la diplomacia mexicana, respecto de las necesidades que tiene.

Los consulados de México en EU, por ejemplo, se verían muy perjudicados con una política de austeridad. “Y pensar en austeridad a partir de recortar salarios también es un error. Muchas representaciones diplomáticas en Europa, cuando fue la crisis de 2009, hicieron recortes en gastos excesivos, innecesarios, eso es lo que se puede analizar”, comentó.

“Que se revisen las circunstancias diplomáticas, que se haga un análisis, pero a partir de las necesidades. Hay que hacer un diagnóstico en términos de prioridades: no es lo mismo un embajador en Honduras que uno en Suecia”, afirmó.

El pasado 19 de julio EL UNIVERSAL publicó una entrevista con el próximo diputado de Morena, Porfirio Muñoz Ledo, quien expresó que en la política de austeridad que pretende implantar el próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, debe repensarse si se aplica para el Servicio Exterior Mexicano, cuyo ingreso es menor a la media recibida por sus pares en América Latina.

Diplomáticos que pidieron el anonimato dijeron que pensar en un recorte salarial y de prestaciones a quienes son enviados al exterior, es “terrible” porque significa desconocer la realidad de un diplomático.

Sueldos. El salario de un embajador mexicano adscrito en el exterior puede llega a ser más alto que el del Presidente, por los tabuladores internacionales que establecen el monto.

Por ejemplo, de acuerdo con el tabulador de nómina que exhibe la SRE, el embajador de México en Japón percibe 15 mil 828.90 dólares, en tanto que el titular en Nicaragua alcanza 9 mil 227.72 dólares; los que encabezan la embajada en Washington, la representación ante la ONU y ante la OEA, obtienen 12 mil 114.42 dólares. En el caso de los jubilados, en la presente administración se cambió la edad para el retiro, pasó de 65 años a 70; se dobló el monto de la pensión y ahora los que se jubilan se les da una compensación de 36 meses de salario, antes era de 24 meses. “Es necesario entender lo que es el Servicio Exterior Mexicano. Es un servicio civil de carrera que trabaja para la nación, no para algún partido político. Las condiciones en que los diplomáticos llegan a vivir fuera del país suelen ser hasta precarias porque se tienen que enfrentar a un sinnúmero de situaciones”, consideró el embajador en retiro, Leonardo French.

Manifestó estar de acuerdo con que la próxima administración aplique una estrategia de austeridad para la burocracia, pero en el caso de la diplomacia es necesario, dijo, ajustar salarios pero hacia arriba.

“Hay diplomáticos que no pueden llevarse a sus familias porque el costo del lugar al que son enviados es muy alto y no alcanza”, aseveró.

El último ajuste salarial para los diplomáticos acreditados en el exterior se dio en 1998 con la entonces canciller Rosario Green, quien logró un aumento de 500 dólares al salario.

Sobre esto, el diplomático y escritor Enrique Berruga escribió, en su más reciente artículo en EL UNIVERSAL, que la diplomacia es una profesión muy honrosa y cambiarse de país cada tres o cuatro años tiene un alto costo familiar, económico y de adaptación, y a esta complejidad se añade ahora una posible reducción en los salarios de nuestros diplomáticos y cónsules. “Este podría ser un golpe letal para una de las instituciones más dignas y comprometidas del país”.

Martha Bárcena, diplomática de carrera, nombrada por López Obrador como la próxima representante diplomática de México ante Estados Unidos, defendió al Servicio Exterior e hizo votos para que la próxima administración se apoye en éste.

El subsecretario Carlos de Icaza, el segundo de a bordo en la SRE, subrayó que las remuneraciones del SEM están por debajo de la media mundial y latinoamericana.

En tanto que el subsecretario para Derechos Humanos, Miguel Ruiz Cabañas, dijo que el costo de vida en el exterior es mayor y debe ser objeto de un régimen de excepción a medidas anunciadas de reducción salarial.

Juan Manuel Gómez Robledo, embajador en Francia, escribió que la carrera diplomática es una vocación de servicio a México, a la que se le dedica la vida entera.

El embajador de México ante la Organización de los Estados Americanos, Jorge Lomónaco, mencionó que se conoce poco de la realidad que viven los miembros del SEM y sus familias adscritas al exterior.

Jorge Castro-Valle, embajador eminente, escribió que el servicio exterior nunca ha pretendido privilegios, sino condiciones dignas y competitivas con las de otros países.

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