En este primer semestre de 2019 en Estrategia en Línea tuvimos la oportunidad de participar en diversos procesos electorales, tanto en México como en el extranjero, ambas experiencias intensivas, extenuantes y que nos dejan una enorme masa de datos que al analizarlos nos permiten entender cómo las audiencias electorales-digitales, se están moviendo en esta nueva democracia hiperconectada.

En Panamá la elección presidencial se presentaba como un asunto resuelto para el candidato del Partido Revolucionario Democrático (PRD), Laurentino “Nito” Cortizo, apoyado en alianza por el Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena). Nito era el candidato a vencer. Su partido es considerado en Panamá como la principal fuerza política, y si bien no había abanderado la presidencia en la última década, la percepción y la evidencia nos dicen que contaba con el apoyo, formal o informal, del presidente Juan Carlos Varela. Para febrero de este año Cortizo tenía una intención de voto del 48%, 22 puntos porcentuales por encima de Rómulo Roux. Incluso a pocos días de las votaciones las encuestadoras aseguraban que ganaría por cuando menos 10 puntos de diferencia. No ocurrió así. Las votaciones las ganó con apenas un margen de 2 puntos.

En Quintana Roo, la renovación del Congreso local tenía características inéditas a considerar, primero la determinante inercia político-electoral marcada por el triunfo de Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena, el hecho de que por primera vez habría reelección de legisladores y que por primera vez la elección de diputados locales transcurriría por si sola, sin concurrir con la de presidentes municipales. Para los partidos que llevaron a la gubernatura a Carlos Joaquín, el escenario se vía muy complicado. De los 15 distritos en juego, 12 corresponden a territorios gobernados por Morena, añadiendo que en las elecciones federales el partido de la Regeneración Nacional ganó las dos senadurías y las cuatro diputaciones. Mención aparte es que en Quintana Roo Lopez Obrador siempre ha ganado sus elecciones a la presidencia, esta última con un porcentaje de votación del 67%. A pesar de este escenario adverso y después de 45 días de campaña, la alianza “Orden y Desarrollo por Quintana Roo” donde se encuentra el PAN, el PRD y Encuentro Social Quintana Roo, pasó de 10.2 a 26.5 mientras que Morena cayó de 44.7 a 37 puntos en la intención del voto, logrando 3 diputaciones por mayoría.

¿Cómo influye la estrategia digital a la hora de revertir tendencias electorales claras? Sin duda el factor de mayor peso es la escucha social digital. Hay que conocer, y sobre todo entender, cuáles son las líneas de la conversación que tienen los usuarios y productores de los medios sociales digitales. El humor que expresan no puede ser menospreciado. Nunca antes como ahora, podemos saber en tiempo real, cuál está siendo el pulso de sus sentimientos.

La manera de administrar la res pública ha cambiado. Campañas tradicionales de confeti y matraca, bajo una lona desteñida, no sirven más. El caso Puebla puede ser sintomático. Se criticó mucho a Enrique Cárdenas que no hiciera concentraciones masivas, como su oponente y virtual ganador de los comicios Miguel Barbosa. Mientras que la media de las encuestadoras auguraba una victoria de 2-1 del morenista, al final los números no fueron tan amplios.

El mensaje del elector es claro, continuo molesto, el cambio se percibe pero los resultados no, el aplauso fácil no será suficiente para mantenerme enganchado. Compréndanme antes de presentar una oferta obsoleta, sean mi portavoz, sean mi capacidad ejecutar, mi ánfora para vomitar el odio y mi coraje, prométanme ser mis manos que voz y poder ya me lo han asegurado las “benditas redes”.

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