El exembajador de en México (2011-2015) elogia el “gran esfuerzo” que se está haciendo para mejorar la cooperación entre ambos países y en ese sentido considera clave las reuniones como el Diálogo de Seguridad de Alto Nivel que tendrá lugar el viernes en la Ciudad de México para comenzar a trabajar sobre los asuntos clave que importan a ambas naciones: el flujo de drogas , a Washington; el de armas y dinero ilícito , a México; la migración , a ambos. Reconoce, sin embargo, que no es tarea fácil.

Sin embargo, en entrevista con , Wayne, miembro del Centro Internacional para Académicos del Woodrow Wilson Center y copresidente del comité asesor del Instituto México en la misma institución, advierte que en el tema de la cooperación para la lucha antinarco primero habrá que “reconstruir la confianza”. Y sobre la estrategia mexicana de “abrazos, no balazos”, afirma que “debemos ver los hechos; debemos ver la cantidad de drogas confiscadas en la frontera, que han subido de forma consistente. Y debemos ver las tasas de homicidio y necesitamos evaluar las políticas al paso del tiempo y ajustarlas con base en los hechos”.

¿Cómo ve la relación actual entre Estados Unidos y México?

En el tema de las relaciones en general, ambos gobiernos están haciendo un esfuerzo concertado para fortalecer la cooperación en áreas clave. Hemos visto evidencia de ello, empezando por la visita de la vicepresidenta [Kamala] Harris [a México], seguida por la del asesor de seguridad Nacional, Jake Sullivan, y otros, y el anuncio, durante la visita de Harris, de que habría un Diálogo Económico de Alto Nivel y un Diálogo de Seguridad a nivel ministerial. Además, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas , ha hecho varias visitas para hablar sobre migración. Así que ha habido un gran esfuerzo para establecer un marco para la cooperación sobre asuntos económicos, además del USMCA , y para cooperar de manera regular sobre asuntos migratorios y hemos visto con la reciente llegada de haitianos a México y Estados Unidos. Tras la sorpresa inicial de ambos lados, ambos respondieron de una forma paralela, y hablando los unos con los otros.

También se está haciendo un gran, importante esfuerzo para mejorar la cooperación en el tema del crimen organizado que cruza la frontera.

Al mismo tiempo, ha habido ciertas señales de parte del gobierno de México, como la invitación a los presidentes de Cuba para su Independencia y de Venezuela , pero a pesar de eso, hay un esfuerzo concertado para construir un marco de cooperación en esas áreas clave.

¿Qué impacto puede tener el Diálogo de Seguridad de Alto Nivel que tendrá lugar en México el viernes?

La última vez que hubo un marco organizado como este fue durante la administración del presidente Barack Obama . Y en ese momento, no fue a nivel ministerial, sino a nivel subministerial. Fue en Estados Unidos encabezada por un alto funcionario de la Casa Blanca y reunió a todas las agencias de ambos gobiernos para que se pudieran coordinar mejor y hablar entre ellos. Luego, todo eso paró durante los últimos tres años y hubo un periodo durante el cual en el que no hubo una discusión a nivel senior. Hubo diálogos periódicos, pero no un diálogo de manera organizada.

Por eso espero que esta reunión a nivel ministerial sea una señal del inicio de un proceso regular para que funcionarios por debajo de ese nivel trabajen juntos para tratar de mejorar la cooperación. Y esta cooperación tendrá como objetivo final, desde la perspectiva de Estados Unidos, reducir los flujos a Estados Unidos de fentanilo, metanfetaminas y otras drogas especialmente peligrosas. Y desde el punto de vista de México, tratar de reducir los flujos de armas y de dinero ilícito que se hace al vender esas drogas para evitar que regresen a las manos de los grupos del crimen organizado en México.

Y hay una serie de áreas donde hay lo que podría llamarse capacidad de cooperación: ¿Cómo podemos ayudarnos a ser más efectivos en contra de estos grupos del crimen organizado?

El canciller Marcelo Ebrard habló de esto en el verano, cuando por un lado dijo que la Iniciativa Mérida está muerta, pero por el otro señaló que podemos trabajar juntos para reducir los homicidios , para reducir el flujo de armas, e incluso mencionó reducir los precursores químicos que llegan a los puertos mexicanos y que se usan para producir fentanilo y otras drogas sintéticas.

Ese es el principio de una agenda de cooperación más intensa. No será fácil, pero es un buen inicio.

Mencionó el tema de las invitaciones a los presidentes de Cuba y Venezuela. Estuvo también el llamado a poner fin al embargo cubano. ¿Qué impacto tiene todo esto en Estados Unidos?

Es perfectamente legítimo tener un punto de vista diferente acerca de la política de Estados Unidos hacia Cuba. Pero en Washington hay diferentes audiencias. Para muchos republicanos en el Congreso estas declaraciones e invitaciones y señales han creado una gran preocupación, consternación y críticas.

Creo que la administración [de Joe Biden ] está enfocada en construir una cooperación concreta en los rubros de los que ya hablamos. Quizá no estén de acuerdo con estas declaraciones y políticas, pero mantienen el enfoque en construir una cooperación en materia migratoria, en economía comercial y en combatir a los grupos criminales. Estoy seguro de que habrá discusiones bilaterales sobre democracia, sobre el mejor modo de promoverla, pero la administración estadounidense está enfocada en tratar de mejorar la cooperación concreta en estos importantes asuntos de los que hablamos.

¿Cuáles serán las prioridades de EU en esta reunión?

Creo y espero que lo que harán es identificar varias áreas clave para empezar a trabajar. Luego otras agencias, como la de Justicia necesitan trabajar sobre planes específicos de cómo hacer las cosas. Una de las áreas mencionadas en el pasado, por ejemplo, fue ayudar a identificar a los desaparecidos en México usando las habilidades forenses y otras; o ayudar a reducir los homicidios, compartiendo capacidades técnicas. Todo eso puede darse en el marco de como quiera que le llamemos a esta nueva cooperación . Hemos visto que al presidente no le gusta el nombre de la iniciativa, y está bien, llámenle como quieran llamarle, pero aun así hay áreas específicas en las que puede haber cooperación técnica. Una de las áreas clave es lograr llevar a la gente a la justicia. La tasa de impunidad en México sigue siendo muy alta. Si hay formas en que la cooperación bilateral puede ayudar a lidiar con eso, sería bueno. Tras las reuniones ministeriales, los funcionarios tendrán que trabajar muy duro para reconstruir en los puntos específicos sobre cómo alcanzar los objetivos.

Washington ha externado su preocupación sobre el control que el narcotráfico ejerce sobre parte del territorio mexicano. ¿Qué puede hacer el gobierno mexicano y cómo puede ayudar EU?

Las políticas y estrategias del gobierno mexicano para reducir el control e influencia, por parte de los cárteles de las drogas, de los territorios en México son totalmente decisión suya. Pero si durante los diálogos se identifican capacidades técnicas o habilidades o tecnologías de rastreo, de scaneo que el gobierno de México acepte que podrían ser valiosas, se debería considerar compartirlo. Eso incluye aprender a usar mejor esa tecnología, entrenar a la gente para que la use. Una parte muy importante de la procuración de justicia moderna es la recolección de información, compartirla de modo adecuado para rastrear a los grupos del narco.

Hay un número de áreas específicas en las que la cooperación técnica sería valiosa. Claramente, eso requiere de una reconstrucción gradual de la confianza, después del incidente alrededor de la detención [en EU] del general [Salvador] Cienfuegos [el exsecretario mexicano de Defensa] y de la ley que aprobó México, limitando la cooperación [con la agencia antidrogas, DEA ]. Porque esa ley hace muy, muy difícil la cooperación. Se necesita proteger la información confidencial. Uno de los graves problemas en el combate a los grupos del narco es que tienen tanto dinero, tanta capacidad para amenazar a las personas, que con frecuencia penetran a diversas organizaciones. Entonces hay que lidiar con eso. Significa que tienes que trabajar un modo confiable de compartir la información. Y eso conlleva un trabajo duro de ambas partes para que puedan confiar los unos en los otros, para que puedan compartir información de forma confiable que permita llevar a los culpables ante la justicia.

En este contexto de la lucha contra el narco, ¿cómo ve EU la estrategia de abrazos y no balazos?

Creo que debemos ver los hechos; debemos ver la cantidad de drogas confiscadas en la frontera, que han subido de forma consistente. Y debemos ver, como hacen muchos, como hace su mismo periódico, las tasas de homicidio y necesitamos evaluar las políticas al paso del tiempo y ajustarlas con base en los hechos.

No hay nada de malo, en absoluto, con una estrategia de largo plazo que implique abrazar a la juventud que está en situaciones peligrosas y darles más alternativas; tampoco hay nada de malo, en absoluto, en tratar de reintegrar a la sociedad a personas que pudieron haber participado en actividades criminales . Eso está bien. En Estados Unidos deberíamos invertir más dinero en rehabilitar a los drogadictos, a los criminales de delitos menores. Esos son buenos programas, pero necesitamos revisar las cifras y evaluar nuestros resultados con base en ellas.

Salió un reporte impactante de Suiza el 28 de septiembre. El nuevo Índice Global del Crimen Organizado. Revisaron 143 países. Básicamente encontraron que México tiene el peor mercado criminal del mundo.

No es una crítica a este gobierno. Es un problema de largo plazo, por eso es tan difícil de derrotar. Pero sí es necesario revisar los datos y después tratar de ajustar la política para tener mejores resultados. Eso es cierto en Estados Unidos y es cierto en México.

En el combate al flujo de armas de EU a México, ¿qué impacto puede tener la demanda que presentó este país contra fabricantes estadounidenses?

No sé qué resultados vaya a tener, pero ciertamente ha llamado la atención. Eso no está mal porque estamos hablando de un problema muy serio. Ha sido un problema muy serio durante las últimas tres administraciones mexicanas. Durante mi gestión no logramos hallar una solución a este problema y me parece excelente que esta vaya a ser una de las prioridades en las reuniones bilaterales… Es un área muy legítima de cooperación bilateral.

En el tema migratorio, lo cierto es que los flujos continúan. Se toma años atender las causas de raíz, invertir en las zonas de donde salen los migrantes… Pero los mandatarios cambian. ¿Cómo mantener el esfuerzo independientemente de quien esté al frente?

Lo que se necesita es un esfuerzo para construir un consenso más amplio que vaya más allá, en el caso de Estados Unidos, de los demócratas, que respalde una inversión constante, de largo plazo en estos países que son el origen de una gran parte de la migración. De forma similar, en México se requiere inversión de largo plazo en el sur de México, pero también inversión en los sistemas de asilo, de refugio, que no tienen suficientes fondos.

Si podemos construir en ambos países una amplia coalición política que entienda eso y que esté dispuesta a hablar con quien quiera que sea el presidente, eso sería muy importante. Porque de otra manera no hay forma de garantizar que la ayuda continúe con el cambio de administraciones. Como se dice, le dio usted al clavo. Las políticas de desarrollo se llevan mucho tiempo para que funcionen, 10 o 15 años. Y es lo mismo en México. Va a tomar más de un presidente para que este esfuerzo concertado funcione. La cooperación tiene que continuar a largo plazo entre Estados Unidos y México, no subir y bajar cada par de años.

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