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Los presuntos delincuentes que han ingresado al sistema penitenciario capitalino durante los últimos meses, principalmente imputados en los delitos de narcomenudeo, delincuencia organizada y homicidio, representan un “reto diferente” para la institución penitencia.

Pues a decir del subsecretario del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, Hazael Ruíz Ortega, éstos tienen un perfil diferente, algunos incluso, son líderes de grupos de narcomenudistas que operan en la Ciudad y ameritan una “atención especial” para así, evitar que sean agredidos o que formen grupos de poder al interior.

En este sentido, el funcionario apuntó que para mantener el orden, todos aquellos que tienen un perfil peligroso para la comunidad son tratados de una manera especial, lo que implica darles seguimiento y monitoreo continuo a todas las actividades que realizan .

“En últimas fechas se ha reportado el ingreso de personas que representan un riesgo institucional alto, algunas pertenecientes a bandas dedicadas al tema de narcomenudeo, llegan al Reclusorio Oriente y Norte, principalmente. Esto nos genera un reto extra a lo que tenemos cotidianamente, como ustedes saben, no contamos con centros de alta seguridad.

“Muchos de ellos ya tienen, como le llaman ellos mismos, agravios al interior: gente de otras organizaciones que ya están dentro, hay gente a su favor que pertenecen a sus organizaciones y pueden causar problemas”, explicó Ruíz Ortega en entrevista al término del informe anual de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la capital del país.

Dijo que ahora el reto es evitar que surjan conflictos que puedan generar una desestabilización de las cárceles donde se encuentran recluidos o que, incluso, integren a otros reos a sus organizaciones.

“Entonces eso para nosotros es un tema, pues debemos mantener la gobernabilidad y sí, repito, sí se ha registrado un mayor número de personas con estos perfiles criminológicos y sí, representa un riesgo extra, un reto extra a lo cotidiano”, explicó Hazael Ruiz.

Lamentó que las nuevas disposiciones judiciales no permitan el traslado de este tipo de internos a cárceles de mayor seguridad.

“Sin embargo, se adecuaron algunos espacios y encontramos un reto porque lo más fácil sería el traslado de ellos, pero a partir del nuevo sistema de justicia penal, eso ya no es tan fácil y se requiere en primera instancia de la autorización del juez de la causa.

“Entonces el gestionar todo eso lleva un tiempo y en lo que eso se da, lo que nos llegan son los amparos, entonces eso representa un reto mantenerlos al interior de los centros de reclusión sin que estos generen problemas y sí se nos ha complicado”, puntualizó Hazael Ruíz.

Por lo pronto, insistió en la necesidad de fortalecer los controles internos en los Reclusorios Norte y Oriente, principalmente, para evitar que las cosas se salgan de control y se generen hechos de violencia.

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