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Acambay, Méx.— En Ganzda, municipio de Acambay, siete mujeres, madres y abuelas, celebrarán este 10 de mayo con un nuevo proyecto con el que llevan ingresos a sus hogares.
Se trata de la venta en línea de cubrebocas con bordados a mano otomíes y náhuatl, con lo que no sólo rescatan sus raíces, sino que “transformaron su vida”, externó Alicia Alonso.
La mujer, de 55 años, que es mamá de cinco y abuela de 10, inició, junto con algunas mujeres de su comunidad, un proyecto que de origen pretendía rescatar las tradiciones y raíces indígenas de Acambay, pero derivado de la contingencia, se transformó en la incursión hacia nuevas plataformas y mecanismos de venta.
Explicó que hace un año las mujeres del grupo bordaban y vendían quexquemetl, una prenda prehispánica tipo capa o punta de cuello para preservar sus raíces.
Sin embargo, con la llegada del coronavirus dejaron de tener espacios para vender e idearon bordar para ellas y sus familiares algunos trozos de tela adaptados como cubrebocas.
Fue entonces que el hijo de Alicia, quien estudió sistemas e ingeniería, le propuso tomar unas fotografías y promover el producto en redes sociales, logrando así una nueva forma de ventas y comercio que “jamás pasó por nuestra cabeza.
“En nuestro lenguaje, cada forma y tinta tiene un significado, entonces todos los cubrebocas dicen algo único para quienes los compran”, contó.
Mediante la página Ra Ndoni Njoti promocionan sus piezas y concretan los pedidos.
Los primeros fueron hacia Toluca y la Ciudad de México, pero ha crecido el mercado, pues los costos son económicos ya que oscilan entre los 100 y los 220 pesos, más los gastos por el envío.
“Ha sido una transición maravillosa, la verdad es que no lo pensamos nunca y nos vamos turnando entre todas para realizar los trabajos, porque como es temporada de trabajo en el campo, muchas se van para apoyar a sus maridos o sus hijos en el arado, pero todas hacemos esto como una forma de ingreso extra para nuestra casa”, aseguró.
Dijo que vender en línea también ha servido para que el público dé otro significado y valor al bordado, porque muchas veces la gente regatea ya que les parece que es un trabajo sencillo.
Consideró que en las redes sociales no hay gente que minimice el esfuerzo, incluso hay quienes compran por mayoreo.
Alicia afirmó que hoy hay mucho que celebrar, pues sus hijos y sus nietos están con ella, quizá no todos puedan llegar, porque es necesario mantener la sana distancia, pero “yo estoy feliz y orgullosa de que mis hijos sepan valorar mi trabajo que trae dinero a la casa y que preserva nuestra cultura, nuestros valores”.
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