Toluca, Méx.— El negocio de la producción de uniformes escolares, de por sí afectado desde 2019, colapsó con la llegada de la pandemia y pese al , los empresarios no logran levantar las ventas, por lo que la fabricación de ropa escolar también se ha combinado con ropa para las industrias, admitió Andrea Trigos, representante de la empresa MAGANA.

Esta marca comenzó operaciones en 1979, exclusivamente atendiendo al público escolar; sin embargo, dijo Andrea, que para 2019 era complicado para muchos padres de familia la compra de un uniforme al año, por lo que las ventas disminuyeron y al momento en que llegó la pandemia, en 2020, afectó también los empleos, pues las ventas escolares disminuyeron 95%.

“Tuvimos la fortuna de no tener que despedir personal porque tuvimos muchas renuncias de trabajadores que emigraron a otros estados en busca de una mejor oportunidad laboral, en este momento lo que estamos haciendo es contratar poco personal, sólo de acuerdo con la demanda que tenemos en la producción”, manifestó.

Explicó que estas solicitudes de algunas instituciones educativas representan apenas 3% de lo que normalmente se les requería para abastecer a los alumnos.

“Nos imaginamos que los padres de familia están a la espera de instrucciones de los directivos, así como de estar seguros de que el regreso a clases será permanente, porque de otra forma las personas no están convencidas de invertir en indumentaria que a la postre no le quedará a sus hijos”.

Andrea Trigos comentó que todas las escuelas privadas que contactaron se han tomado el tema de los uniformes de manera muy reservada, por lo que tienen muy pocos pedidos, los que llegan son muy pequeños, menos de 5% de lo que fabricaba esta empresa anteriormente.

Agregó que el retorno a clases aún no ha logrado un efecto significativo en la recuperación económica de los fabricantes de uniformes, pero “no perdemos la esperanza, estamos esperando que ésta las ventas avancen aunque sea paulatinamente”.

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