Al ritmo del “Dale, dale, dale, no pierdas el tino”, cientos de niños realizaron filas para pegarle a una de las mil piñatas en el Zócalo de la Ciudad de México, con motivo de la celebración del Día de los Reyes Magos.

Los pequeños, acompañados por sus papás, se encontraban emocionados por la presencia de Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes los alentaban a romper las piñatas para ganar un juguete.

“El chiste es romperla y agarrar los dulces en el aire, porque tienen un boleto con un premio que después puedes cambiar por un juguete”, mencionó Adrián, de 6 años.

De acuerdo con Juan Álvarez, un padre de familia, la celebración, que fue organizada por el Gobierno de la Ciudad de México, “se voló la barda”, ya que además de nunca haber asistido a un Día de Reyes en el Zócalo capitalino, se llevó varias sorpresas para sus hijos.

“A mi hijo le dieron una pequeña rosca y su aguinaldo, y a mi hija, una muñeca y otros juguetes pequeños, (...) Hace bastante calor, [pero] la verdad creo que valió la pena la espera”, aseguró.

En la plancha del primer cuadro del Centro Histórico se colocaron cuatro arcos similares a los de una portería de fútbol para colgar la piñatas, que tenían siete picos y colores brillantes y chillantes.

Se fueron colocando una piñata tras otra al ritmo de canciones navideñas y con el apoyo de cientos de voluntarios que laboraron al rayo del sol de mediodía.

Previo a la inaguración, a un costado del edificio del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, y Beatriz Gutiérrez Müller, salieron para aproximarse al pódium, pero una ola de ciudadanos las detuvo para que se tomaran selfies con ellos.

Otras personas le solicitaron a Sheinbaum Pardo que la Gran Rosca de Reyes volviera a la plancha del Zócalo capitalino para que se degustara entre los asistentes.

“La rosca de reyes es una tradición y no se debe perder (...) queremos que vuelva (...) aunque no tenga muñequitos”, indicó Dunia, madre de una niña de 8 años.

Por separado, Marlene Guzmán, de 25 años de edad, dijo que tenía ilusión de que este año en el Zócalo se repartiera pan, atole o chocolate, pero no fue así.

“Lo disfrutamos mucho. El sol estuvo horrible y pensamos que iba hacer frío, pero al final todo salió bien; incluso pudimos entrar a la pista de hielo (...) Creo que mis hijos lo van a recordar”, aseguró la madre de familia.

Tras las peticiones para que haya rosca de reyes el siguiente año, la mandataria capitalina aseguró que cumplirá para traer una gran rosca, así como más de mil piñatas.

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