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La picazón en la garganta y la resequedad en la nariz impide a María Mireya respirar, lo que le ocasiona malestar y la constante sensación de ahogarse.

María Mireya tiene 68 años y desde hace más de dos décadas padece Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), razón por la cual debe cargar con un tanque de oxígeno para poder respirar. La época de calor y el incremento de los contaminantes que acompañan a esta época del año son un “suplicio” para ella porque los síntomas de su padecimiento se agravan complicando aún más su respiración.

La mayor parte del tiempo se la pasa encerrada en su casa, en la alcaldía Iztacalco, sólo sale cuando debe acudir a consulta en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER); desde hace tres años dejó de hacer actividades cotidianas como “salir por su mandado”.

“Hoy me tocó consulta y en cuanto salí sentí que me picaba la garganta, me ardieron los ojos y comencé a toser. Se me hizo una flema en la garganta muy espesa que sentía que me ahogaba y no podía expulsar”, detalla.

El EPOC es un padecimiento respiratorio crónico que, a nivel mundial, afecta a más de 600 millones de personas y ocupa el cuarto lugar como causa de muerte en el mundo.

En México, el problema se presenta en dos grupos específicos de la población: fumadores y, en menor grado, en mujeres que cocinan con leña. La principal manifestación de esta enfermedad es la dificultad para respirar y se presenta después de los primeros 10 años de adicción al tabaco, con un consumo de 10 o más cigarrillos por día, pues a diferencia de otros órganos, el pulmón se degenera rápidamente.

Desde el sábado pasado los incendios forestales causaron un aumento de las partículas PM2.5, por lo que las autoridades ambientales declararon “contingencia extraordinaria”.

Para Pedro Villaseñor, de 72 años, la última semana tampoco ha sido fácil; al igual que Mireya, padece EPOC desde hace cinco años y salir a la calle en contingencia ambiental representa todo un reto, porque los síntomas de su enfermedad se agudizan.

“Aunque traigo mi tanque de oxígeno, me cuesta mucho jalar aire, la comezón en la garganta y en la nariz me producen una sensación asfixiante, que a veces me hace sentir mareado e incluso tener náuseas”, detalló.

Pedro comenta que durante su juventud fumó mucho, sin embargo, dejó de hacerlo hace 17 años. “Lo que yo tengo ya no se va a quitar, en estos días de mucha contaminación procuro no salir para nada, a menos que tenga consulta, porque es más complicado respirar”, afirma.

Considera que los automovilistas tienen que ser más conscientes al utilizar sus vehículos. “Hay gente que usa el carro para todo y no se vale, porque eso genera más contaminación y los que pagamos somos quienes estamos enfermos”, dice.

Verónica Salas también padece EPOC, se lo diagnosticaron hace 15 años. Al jalar su tanque de oxígeno para salir del INER jadea y trata de inhalar el mayor aire posible. “Cada año en esta temporada es lo mismo, sube la contaminación y tengo que estar encerrada todo el tiempo para que no empeore. De por sí, no salgo más que cuando mis hijos me acompañan, pero con la contingencia ni a la esquina, porque siento una flema amarga en la garganta que me hace toser y siento que me ahogo”, resalta.

La mujer, de 58 años, pidió a las autoridades incrementar más el presupuesto para la salud y el medio ambiente, así como generar estrategias para mejorar la calidad del aire. “No puede ser que cada año sea lo mismo y que la única solución que nos den sea permanecer en nuestra casa”, resaltó.

Debido a su tamaño tan pequeño, las partículas PM2.5 ingresan con mayor facilidad a los pulmones, lo que incrementa los síntomas de las personas que padecen EPOC.

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