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Dejan libre y solo a menor de 16 años tras robo fallido
Dejan libre y solo a menor de 16 años tras robo fallido

El adolescente quedó tendido en el asfalto al tratar de asaltar a un policía en la Doctores

Alan, el joven de 16 años que el lunes pasado fue herido en el glúteo izquierdo por un agente de la Policía de Investigación (PDI) de la procuraduría capitalina cuando el menor intentó robarle un teléfono celular, quedó en libertad. El juez que tomó el caso determinó que el imputado no representa un peligro para la sociedad.

Además el juzgador consideró que en el intento de robo, que se cometió con un arma de juguete, no se ejerció ningún tipo de violencia y una vez que el teléfono se le devolvió al policía, simplemente determinó que no hay delito que perseguir y dos días después de estar hospitalizado se fue a su domicilio por propio pie.

Mientras el menor estuvo en el hospital, ni su padre o su madre fueron a preguntar por él, tampoco se acercaron al Ministerio Público para averiguar su situación jurídica, lo que llamó la atención a las autoridades de la procuraduría capitalina, quienes solicitaron la intervención de Trabajo Social sobre este caso.


Sin embargo, el joven Alan no quiso recibir ayuda, argumentó que “él se las arregla solo”. En este sentido, se dio a conocer que el menor tiene su domicilio en una vecindad de la colonia Doctores, muy cerca de donde cometió el robo.

A su corta edad confesó que antes de intentar robar al policía, ya había participado en otros atracos en pandilla, sus víctimas fueron transeúntes y una cafetería de la colonia Narvarte.

Sin embargo, debido a que nadie presentó ninguna denuncia por estos presuntos delitos, no fueron tomados en cuenta por el juez, ni la información que proporcionó de sus padres.

Las autoridades establecieron que su padre posiblemente no se acercó a buscarlo porque es un conocido delincuente con dos ingresos al sistema penitenciario capitalino por el mismo delito: robo.

Su madre, dijo Alan, es ama de casa con problemas de alcoholismo y que casi nunca sale de la vecindad y que además está a cargo de tres de sus hermanos, menores que él.

El caso ya está en Servicio Social de la PGJ, pues buscan evitar que el menor siga con su carrera delictiva, pues ahora que conoce cómo funciona el nuevo sistema de justicia penal, podría pensar que tiene dos años más para seguir delinquiendo sin que pise la cárcel, y al no tener la supervisión de un adulto, no descartan que incluso, pudiera ser reclutado por el crimen organizado.


Los expedientes como el de Alan abundan en la procuraduría capitalina y a la postre se convierten en los delincuentes reincidentes que una y otra vez son detenidos por delitos menores y alcanzan la libertad o pasan algunos meses en prisión y al recuperar su libertad, regresan a las calles a delinquir y no son castigados u orientados para dedicarse a otra cosa.

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