La visita al templo de San Hipólito , para celebrar a San Judas Tadeo , se ha dado de la manera más organizada posible y se calcula una afluencia de 70 mil personas .

En el cruce del Paseo de la Reforma y la Avenida Hidalgo, en la colonia Guerrero , se localiza este templo católico, a donde llegan los fieles para venerar al patrono de las causas difíciles o imposibles.

“Ha estado tranquilo, ha habido un poco más de gente que en otros años, porque en este 2018 el día cayó en domingo, y otras veces es entre semana”, declaró a Notimex, Miguel Ángel Garibay, uno de los supervisores de ese recinto.

Explicó que cuando se organizó este evento se calculó que llegarían entre 60 mil y 70 mil personas durante todo el día, ya que si la festividad cae entre semana se estiman de 30 mil 40 mil fieles, basándose en lo que han visto en años anteriores.

Este año, además de los creyentes de la Guerrero, se esperaba desde el sábado la llegada de feligreses provenientes de diferentes colonias de la Ciudad de México e incluso de distintos estados del país, añadió.

Los voluntarios que están en la entrada y salidas del templo apoyan en la vigilancia y organización de la gente, para que puedan ingresar de la manera más ordenada posibles a escuchar la misa y les bendigan sus imágenes.

“Vienen de muchas partes, vienen desde Ciudad Juárez, de Querétaro, Puebla, Oaxaca, Guerrero; y para controlar a la gente somos como unos 100, que somos pocos, pero hemos logrado mantener el orden”, aseguró.

Por ejemplo, antes de entrar al templo de San Hipólito , dijo, las personas se agolpan en la puerta y se empujan, y los voluntarios hacen el trabajo de proteger sobre todo a las mujeres que llegan con niños en brazos y pequeños que traen de la mano, pero adentro los fieles son más tranquilos.

“Vienen como en masa, salen del Metro (estación Hidalgo) y quieren entrar al mismo tiempo; se hace un poco el desorden porque se empiezan a empujar, la entrada es estrecha, y muchos vienen con altares muy grandes. Hay que tener paciencia y entender que vienen con devoción y amor al santito”, destacó.

Después de hacer filas durante casi dos horas, los creyentes logran ingresar al templo, donde también hay venta de imágenes, veladoras, rosarios y agua; pueden escuchar misa durante todo el día, con intervalos de cinco a 10 minutos entre cada una.

Ya más tranquilos, las personas que logran sentarse permanecen un rato ahí, pero la mayoría regresa a la salida, al otro extremo del templo, y esperan a que los sacerdotes echen agua bendita para levantar sus imágenes, figuras y flores, y luego salen ordenadamente del lugar.

Así, llega otro grupo de feligreses que esperan a que se desaloje un poco el templo; salen unos y entran otros, esperan que bendigan sus imágenes y terminan la vista a San Judas Tadeo . Entre más tarde es más gente que se se agolpa en la puerta principal que está en la Avenida Hidalgo.

Al salir de la iglesia muchos fieles se detienen en los puestos de comida, pues la mayoría llega sin comer, porque lo primero es entrar; otros compran llaveros y todo lo que venden con alusión a San Judas Tadeo, para llevarse un recuerdito, y también descansan un poco en las banquetas.

ed

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