Los alimentos enlatados resultan ser una opción rápida de preparación en casa, además de que en casos de emergencia o catástrofe son de gran apoyo por su fácil consumo pero, ¿es riesgoso comerlos?

Comida enlatada, ¿buena o mala?
Comida enlatada, ¿buena o mala?

Las latas están hechas de aluminio o acero y por dentro están cubiertas de un barniz especial que impide el contacto del metal con la comida, “la protegen”, luego se sellan herméticamente y se someten al proceso de pasteurización. La Dra. María de los Ángeles Valdivia , del departamento de alimentos y biotecnología de la explica que “los tratamientos térmicos aplicados a los productos aseguran en gran medida la destrucción de todos los microorganismos viables que pueden afectar la salud y aquellos capaces de reproducirse en el alimento bajo condiciones normales de almacenamiento y distribución”.

El forro de la mayoría de los alimentos enlatados contiene BPA , un químico que actúa como estrógeno e interrumpe la actividad hormonal en el cuerpo. Aunque no hay estudios que demuestren los efectos de este químico en el organismo, a menudo se le vincula con enfermedades cardíacas y diabetes. De acuerdo con los hay una exposición extendida de BPA en Estados Unidos.

Comida enlatada, ¿buena o mala?
Comida enlatada, ¿buena o mala?

Si bien es cierto que las latas contienen sustancias como el formaldehído, conocido por ser un agente cancerígeno, también es cierto que una lata cerrada resulta ser un recipiente estéril e higiénico, pues durante su proceso se somete a métodos térmicos. Es precisamente este proceso el que ayuda a que alimentos enlatados como los jitomates o los elotes liberen una mayor cantidad de antioxidantes, lo cual resulta benéfico para el organismo.

Comida enlatada, ¿buena o mala?
Comida enlatada, ¿buena o mala?

Algunos especialistas sugieren que las enfermedades ocasionadas por los enlatados se deben a bacterias que son producto de alimentos mal empaquetados o mal almacenados, por lo que es muy importantes lavar las tapas antes de abrir el producto. Una vez abierto, el alimento se puede conservar en refrigeración dentro de su envase original por tres o cuatro días solamente; aunque lo más recomendable es cambiarlo a un recipiente de vidrio.

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