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La historia del maíz en México ha sido sagrada, venerada y bien degustada en la gastronomía nacional. Los cultivos de este cereal sirvieron de ofrendas para los dioses prehispánicos, se crearon deidades a nombre del maíz como Tlaloc y Chalchiuhtlicue, y hasta poemas que llenaron de dulzura y luz a nuestros ancestros mexicanos.
El maíz es parte escencial de la cocina mexicana, con él podemos elaborar tortillas, tan amadas y respetadas a nivel mundial, hasta chileatole, pozole, atoles, sopas, ensaladas, pan de elote y un sin fin de recetas que acabarían por hacer agua la boca de todo aquel que nos lee. ¿Qué tal un elote con mayonesa y quesito o un sope con frijolitos y salsa verde?
Se sabe que la primera vez que se celebró el Día Nacional del Maíz fue en el año 2009 cuando organizaciones iniciaron la campaña Sin Maíz no hay País. Es el cereal más consumido a nivel mundial por su versatilidad y precio aún asequible.
Uno de los objetivos de celebrar este día es la defensa del campo mexicano, el impulso de la agricultura campesina y el rechazo absoluto del maíz transgénico, de acuerdo con el sitio Día Nacional del Maíz . Incluso, el maíz es tan nutritivo que hasta nos comemos sus hongos: el huitlacoche, tan nutritivo para nuestra salud. Hay diferentes tipos: rojo, negro, azul, amarillo y dulce, por mencionar algunos.
Los beneficios de incluir el maíz en la dieta diaria son los siguientes: tiene propiedades antioxidantes, contiene ácido ferúlico por un 550 por ciento y buena fuente de carbohidratos libres de gluten, entre otros. Es importante destacar que el maíz debe comerse sin refinar, directo del campo a la mesa.