Después de algunos años de ausencia regresé a la Sala Netzahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la Ciudad de México, el pasado domingo; la emoción me tenía un tanto agitada desde el viernes planeado la visita a tan extraordinario lugar, donde varias veces he derramado lagrimas, ante la maravilla que representa la música y la facilidad que tiene la misma de hacer que los pensamientos y recuerdos se exacerben.

La felicidad y el agradecimiento son lo primero
La felicidad y el agradecimiento son lo primero

Estoy casi segura que a muchos nos ocurre lo mismo, la música es la expresión, desde mi punto de vista, más sublime del arte, por que nos permite viajar en el tiempo a través de los sonidos.

Como les decía el pasado domingo tuve la oportunidad de escuchar la novena sinfonía de Beethoven, bajo la batuta de Carlos Miguel Prieto; los sentimientos durante el concierto son infinitos, recuerdos compartidos, algunos muy felices y otros muy tristes, momentos de vida donde siempre la música del genio de Bonn nos ha acompañado.

La felicidad y el agradecimiento son lo primero
La felicidad y el agradecimiento son lo primero

Al llegar al tercer movimiento entendí porque a esta obra se le considera la transición del clasicismo musical y el romanticismo, pues se trata de exacerbar las emociones, llevarlas al límite.

Por la mente pasan caudalosos ríos, montañas con diversas tonalidades de verdes, pasando por los ocres y los cielos azules con pequeñas nubes que caminan al vaivén del viento, amén de las diferentes clases de pájaros que trinan en diferentes tonos.

La felicidad y el agradecimiento son lo primero
La felicidad y el agradecimiento son lo primero

El genio de Beethoven nos toca el corazón y nos anima a rencontrarnos con nosotros mismos y a valorar lo extraordinario de la creación.

En fin, que ya en el cuarto movimiento había recorrido muchos momentos de mi vida; el dialogo entre las cuerdas, las voces, las percusiones y los instrumentos de viento me permitió reencontrar literalmente la alegría e incluso entender que la vida sí tiene sentido, que todo lo que se hace con amor perdura y estará de manera permanente guardado en los recuerdos y el corazón.

La felicidad y el agradecimiento son lo primero
La felicidad y el agradecimiento son lo primero

Es así como también recordé cada una de las sonrisas que me rodean en mi vida, en la que participan seres humanos extraordinarios con los que comparto alegrías, tristezas, proyectos y triunfos.

Hablando de sonrisas y de seres extraordinarios, desde aquí agradezco a la Universidad del Altiplano a la Rectora y Vice rectora, Susana Fernández Ordóñez y Patricia Fernández Ordóñez, respectivamente, por todos los apoyos recibidos en los Encuentros de Cocineras Tradicionales.

La felicidad y el agradecimiento son lo primero
La felicidad y el agradecimiento son lo primero

Hago mención especial de dos personas maravillosas que me han acompañado en los últimos cinco años el Chef Mario Santacruz, de la propia Universidad del Altiplano, que es mi compañero de trabajo, con el que comparto muchas convicciones, principios y objetivos para salvaguardar, rescatar y promover el patrimonio cultural gastronómico de nuestro país. Finalmente reconozco y agradezco la amistad y la complicidad de una mujer maravillosa, con la que prendo fogones, cocino moles, nixtamlizo y sobre todo sonrío y bailo; gracias a Doña Guillermina Muñoz, cocinera tradicional de Contla, por todas sus enseñanzas.

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