Hablar de Azcapotzalco es remitirnos a la época prehispánica , su mismo nombre se lo debe a Quetzalcoatl quien cuenta la leyenda que convertido en hormiga roja bajó al inframundo , para sacar los granos de maíz necesarios para dárselos a los hombres.

“Azcapotzalco, que significa hormiguero o lugar de hormigas, es de aspecto agradable y de bastante movimiento. Está con formada casi totalmente por espléndidas tierras de labor que proporcionan gran variedad de productos agrícolas. La riqueza principal de la Delegación la constituyen la agricultura y la ganadería, contando con magníficas haciendas, entre las que son famosas algunas por sus grandes establos lecheros.

Su templo parroquial es notable, siendo curioso observar en el primer cuerpo de la torre la figura de una gran hormiga esculpida en la piedra, indudablemente para recordar el origen de la villa. Esta fue fundada, según la narración del historiador mexicano D. Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, por un señor indio llamado Ixputzal, nombre que tuvo al principio el lugar; fue capital del reino Tepaneca y el asiento de los usurpadores Tezozómoc y Maxtla.

Al este de la población hubo un acueducto de agua potable del que se sirvió el barrio de Tlatelolco y que terminaba en la alberca de Xancopinca, sobre la que existía una curiosa leyenda que la supersticiosa credulidad de los indios acogía respetuosamente, y era que en ella habitaba el espíritu de la Malinche, famosa manceba de Cortés, que por las noches vagaba bajo los frondosos ahuehuetes, llorando amargamente la traición inferida a su raza; creyendo igualmente, que en el fondo de sus aguas se encontraban sepultados los fabulosos tesoros de Moctezuma”.

Fragmento extraído del libro “Atlas General del Distrito Federal”, publicado en 1930.

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