Salas de concierto también se han convertido en peluquerías; centros culturales están insatisfechos ante los cierres por la pandemia y cambian de giro
Decenas de museos y escenarios para conciertos se transformaron temporalmente en peluquerías o salas deportivas en los Países Bajos para protestar contra las restricciones sanitarias impuestas en el sector cultural.
Un peluquero y dos pedicuristas atendieron a visitantes colocados en medio de valiosas obras de arte en el museo Van Gogh en Ámsterdam, mientras dos barberos instalaron sus sillas en el escenario del "Concertgebouw", la más importante sala de conciertos de la capital.
El sector cultural considera injusto tener que estar cerrado cuando las restricciones fueron levantadas la semana pasada para los almacenes y las "profesiones de contacto" como peluquerías, salones de manicura y pedicura e incluso el trabajo sexual.
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Las autoridades enviaron advertencias a algunos de los 70 sitios que participaron en la acción durante el día.
"Queríamos que comprendieran que una visita la museo es segura y debemos estar abiertos", dijo a la AFP la directora del museo Van Gogh, Emilie Gordenker.
Dos peluqueros enmascarados cortaron el cabello en el escenario del evento "Salón de belleza en Concertgebouw", mientras la orquesta interpretaba la Sinfonía n° 2 de Charles Iver.
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Cursos de ejercicio físico se dieron en el Mauritshuis de La Haya, que alberga el famoso cuadro "Joven con perla" de Vermeer.
La manifestación se da en el marco de las acciones de desobediencia civil en bares y restaurantes de los Países Bajos, hartos de las estrictas medidas anti-Covid, entre las más estrictas de Europa.
fjb