Saltillo.— El Centro Penitenciario Femenil Saltillo es diferente a todos los demás. Aquí todas las internas son estudiantes, mujeres que cursan desde secundaria hasta licenciatura, como parte de un programa que les da herramientas de superación y garantiza su reinserción social.

“Aquí ofrecemos estudios de primaria, secundaria, preparatoria y licenciaturas en Derecho y en Administración y Gestión Empresarial, impartidas por la Universidad CNCI y la Universidad Politécnica de Ramos Arizpe”, explica a EL UNIVERSAL la directora del centro, Martha Patricia Valencia García.

Relata que antes de iniciar este programa “la mayoría no tenía ni la primaria terminada. Ahora se entusiasman con la idea de ser profesionistas, lo importante es que en sus calificaciones y certificados no aparece que estudiaron en la cárcel”.

El inicio

Esta historia comenzó en junio de 2017, cuando 40 mujeres se graduaron de secundaria y pidieron continuar con su preparatoria.

Gracias al apoyo del maestro Mario Mendoza Mata, director del Centro de Estudios Melchor Ocampo, logramos tener las primeras dos generaciones de bachillerato. Después, en su graduación, las egresadas se emocionaron tanto con la toga y el birrete que se animaron a continuar con una carrera universitaria.

En febrero pasado, las internas pidieron el apoyo a la secretaria de Seguridad Pública, Sonia Villarreal Pérez, y a la senadora Verónica Martínez García, lo que permitió iniciar pláticas con directivos de la Universidad CNCI y la Universidad Politécnica de Ramos Arizpe (UPRA).

Tres meses después, empezaron a impartir las carreras universitarias dentro del penal de mujeres en Saltillo.

La modalidad de estudios es híbrida, presencial y en línea. Para impartir clases se cuenta con un aula virtual con 15 equipos de cómputo. Las clases virtuales son de 11:00 a 13:00 horas, y de 14:00 a 16:00, y el sábado son presenciales toda la mañana.

El equipo de cómputo fue donado por la CNCI, donde estudia 39% de las internas, quienes cursan una de las dos carreras universitarias que ofrece el programa. Además, 44% estudia preparatoria abierta y 13% secundaria.

Todas están becadas hasta que concluyan sus estudios, lo que les permite que cuando obtengan su libertad puedan seguir estudiando hasta concluir la carrera.

Penal con certificación

El Centro Penitenciario Femenil Saltillo obtuvo su primera certificación en 2015, otorgada por la Asociación de Correccionales de América (ACA), organismo con sede en Alejandría, Virginia, Estados Unidos, especializado en acreditar centros penitenciarios. Tres años después, en 2018, recibió la recertificación.

El propósito de esta certificación es elevar la calidad de los servicios penitenciarios, transparentar y documentar los procesos de atención a las mujeres privadas de su libertad, y garantizarles el respeto a sus derechos humanos, lo cual se hace con base en los cinco ejes rectores de la reinserción social, uno de los cuales es la educación, y en este sentido, el Centro Penitenciario Femenil de Saltillo se ha destacado.

De acuerdo con la directora del penal, todas las internas tienen la motivación para estudiar y superarse y no perderán el apoyo que les otorgan el CNCI y la UPRA para su matrícula y colegiaturas, que les está garantizado hasta que terminen su carrera profesional.

Valencia García anticipa que, ante el éxito de este proyecto, ya se considera replicarlo en otras prisiones femeninas, como la de Piedras Negras, lo que, asegura, cambiará la vida a las internas.

“El objetivo es que al quedar libres sean mujeres empoderadas, exitosas, que superen la tragedia que las llevó a prisión, recuperen su vida y sean felices con su familia”, puntualiza.

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