Jojutla.— Miriam Estudillo Vergara mira la casa reconstruida de sus padres en Jojutla y de súbito le brotan lágrimas al evocar la imagen de sus progenitores, su soledad durante el sismo de 2017 y el fallecimiento de ambos sin lograr ver el levantamiento de su hogar, a un costado del parque La Alameda.

Sus padres, cuenta, resistieron el embate del terremoto del 19 de septiembre y sobrevivieron, pero su madre murió el día que las máquinas demolieron la casa de dos pisos. Tenía 80 años cuando falleció el 11 de octubre de 2017 de un infarto fulminante.

Su padre, discapacitado, mantuvo la esperanza de ver su casa reconstruida, pero murió el 28 de abril de 2019, y no logró ver el levantamiento de su propiedad en Jojutla, el municipio de Morelos más dañado por el movimiento telúrico. Parte de la tristeza que embargó a los padres de Miriam, dice, tiene que ver con la insuficiencia de recursos para comprar material y reconstruir la propiedad, catalogada con daño total.

El fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden) les dio 120 mil pesos que no sirvieron porque los precios del material se fueron por las nubes, asegura.

“Después acudimos con Unidos por Morelos que en realidad fue Unidos para robar a Morelos porque no dispersaron los recursos que había. Nos pedían documentos, después pidieron fotos y luego que la información en un disco”, recuerda Miriam.

Acudieron al entonces presidente Enrique Peña Nieto y al gobernador Graco Ramírez y aunque prometieron que los damnificados no estarían solos, sucedió todo lo contrario, afirma la mujer.

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