¡Vaya si la alfombra roja de la 90 edición de los Oscar estuvo llena de momentos memorables en lo que a moda se refiere! Desde la llegada de las impactantes Jane Fonda y Allison Janney a la cabeza del grupo de mujeres maduras que, sin duda, estuvieron entre las más bellas y mejor vestidas (incluyendo a Helen Mirren) hasta el vestido “reciclado” de Rita Moreno, que es el mismo que utilizó para recibir su Oscar por Amor sin barreras, en 1962; Salma y su vestido que, en opinión de la mayoría, no fue la mejor elección de su carrera en lo que a alfombras rojas se refiere; el impactante Ralph Lauren amarillo de Eiza González y ¡el pelo de Eugenio Derbez!; la camisa del guionista de Llámame por tu nombre con la cara del actor Timothée Chalamet estampada y, muy importante, el look de la (casi) siempre impecable Nicole Kidman, quien seguramente, engrosará la lista de las mujeres mejor vestidas a lo largo de toda la historia de los Oscar, en su Armani Privé azul tinta.

Hace años que una alfombra roja de los Oscar no estaba tan llena de sorpresas como lo estuvo esta. Uno de los primeros looks de impacto fue el vestido rojo de Allison Janney, creación de Reem Acra; ella fue la primera del desfile de bellas mujeres maduras que adornaron esta noche. La siguieron Rita Moreno en su vestido reciclado de los Oscar de 1962, Jane Fonda en un Balmain de impacto, y Helen Mirren, una de las primeras de azul, también de Reem Acra; incluso Meryl Streep, quien normalmente no figura entre las top en cuanto a looks, se veía increíble en un vestido rojo de Dior.

Otra de las grandes historias de moda en los Oscar, fueron las “novias”, las chicas de blanco, quienes fueron Laura Dern, de Calvin Klein by Appointment; Mary J. Blige, en un Atelier Versace; la bellísima Margot Robbie, de Chanel Couture; la multimencionada Jane Fonda y uno de los nombres del momento y el único hombre del grupo, el jovencísimo y guapísimo Timothée Chalamet, quien lució un esmoquin, camisa y corbata blancos.

También causaron revuelo en la alfombra las diosas metálicas, quienes lucieron brillantes y muy sexies, la líder de este grupo, sin duda, es la “ícono renuente de moda”, la actriz Jennifer Lawrence, quien siempre se ve súper bien, aunque su actitud parece decir que la verdad es que la moda no es su prioridad. Jen llevaba un vestido de Christian Dior, de quien es imagen, de lentejuelas plata sobre fondo negro; Lupita Nyong’o, en un impresionante Atelier Versace oro y negro; la “mujer maravilla” Gal Gadot, guapérrima, en un Givenchy Couture, y Sandra Bullock, en un halter oro, plata y negro, de Louis Vuitton.

Otra importante tendencia de la noche, fue la de las mujeres etéreas, encabezadas por Zendaya, quien de un tiempo acá, ha establecido una reputación como una de las mujeres más elegantes en el mundo del espectáculo. Ella lució un elegantísimo Giambattista Valli de un hombro, color tabaco; la súper sexy Taraji P. Henson, lució el lado sensual de la gasa en un Vera Wang, mientras que Emily Blunt, el lado dulce, con un precioso Schiaparelli en azul hielo. Se les unen Leslie Bibb, la novia del ganador del Oscar por el Mejor Actor de Reparto, Sam Rockwell, con un J. Mendel; Gina Rodríguez, muy elegante en un Zuhair Murad; Kelly Marie Tran, en un Jenny Packham —una de las marcas favoritas de Kate Middleton—; Allison Williams, en Armani Privé y la actriz trans chilena, Daniela Vega, en María Lucía Hohan.

Casi por empezar la ceremonia, tarde para la alfombra roja, apareció la diosa de la moda, Nicole Kidman, en un vestido que quitó el aliento a los fans que viven para ver los looks de las estrellas en este tipo de eventos. Nicole lució un Armani Privé strapless, de escote de corazón, con un enorme moño al frente, azul tinta, elegantísimo, que la hacía ver como una verdadera escultura. Pocos dudarán en llamarla la mejor vestida de la noche.

Ciertamente, eso no sucederá con nuestra paisana, Salma Hayek, cuya elección de vestido fue controvertida, por decir lo menos. Muchos se preguntan el por qué, la mujer que tiene a sus pies lo mejor de lo mejor de las firmas de moda —su esposo, Henri Pinault es el dueño de Grupo Kering, el cual agrupa a muchas de las firmas de diseñador más importantes en el mundo— eligió ese vestido de Gucci, que francamente, no la favorecía en nada. Otra elección cuestionada fue la de la cantante St. Vincent, un Yves Saint Laurent al que parecía le faltaba la parte de abajo y la de la española Paz Vega, en un inexplicable Christopher Bu; Emma Stone, en el más blah de sus looks, de Louis Vuitton, y se les unen en la galería de lo peor de la noche: Tiffany Haddish, Whoopi Goldberg y la comediante, Maya Rudolph, cuyo vestido fue comparado con un hábito monacal.

¡Los Oscar vuelven por sus fueros y dejan a los Globos de Oro, muy, muy atrás!

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