Pocos lo saben y quienes sí, prefieren no contarlo. La tarde del 18 de marzo de 2011, en el pueblo fronterizo de Allende, más de 40 habitantes (aunque hay quien asegura, fueron 300) fueron masacrados o desaparecidos.

Entre las 18:00 y 19:00 horas de ese día, al menos medio centenar de sicarios del Cartel de los Zetas comenzaron con los hechos violentos en el pequeño poblado de Coahuila, que contó además con una presunta complicidad de las autoridades locales.

Mujeres, niños y hombres eran capturados por los sicarios. Una vez asesinados, los cadáveres fueron desparecidos de distintas formas, siendo la incineración, la más ocupada.

¿Pero quienes eran las víctimas en este municipio?

Su vida se verá en Somos, serie televisiva que estrena este mes en Netflix, basada en el reportaje de Ginger Thompson, quien reunió testimonios y documentos sobre los hechos.

Con un elenco en su mayoría no actoral, la producción cuenta con la dirección de Mariana Chenillo (Cinco días sin Nora) y Álvaro Curiel (Acorazado).

“Es de una crudeza que no se ha visto, es brutal, es ver quiénes eran esas personas. No es la apología del narco que viste bien y le va chingón, sino la historia del chavito de un negocio, de la señora que vende, todo se hizo con el mayor respeto posible”, comenta Curiel.

La serie se grabó en Durango, ya que el original Allende no era seguro para la producción, además de saber que se debía respetar a sobrevivientes.

Curiel encontró a un joven de 16 años, quien trabaja en un taller mecánico, como su protagonista. También se topó con varias personas que sin ser actores, fueron contratados para papeles importantes, además de contar con algunos profesionales como Mercedes Hernández (Nuevo orden y Todo en juego).

“Nunca nadie llegó tarde ni se quejó, eran muy profesionales; daban unas cosas increíbles y ahí es donde el actor profesional tenía que ser como ellos”, recuerda el realizador.

Somos, creada por James Schamus (El tigre y el dragón y Secreto en la montaña) se rodó durante medio año, periodo partido por la pandemia del Covid-19.

“James nos traía cortitos en el sentido de que todo lo que pareciera hollywoodense o televisivo debía quedar fuera; por ejemplo, el color nos volvió locos, nos decía que al trabajar en publicidad, no se aprovecha el color. El pueblo tenía paredes amarillas, casas rojas y él tenía libros de Maya Goded con atmósferas espectaculares, decía que él no quería llegar a decirnos lo que teníamos que ver”, recuerda Curiel.

Frase

"Es de una crudeza que no se ha visto, es brutal, es ver quiénes eran esas personas. No es la apología del narco que viste bien”. Álvaro Curiel. Director.

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