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Adán Sámano se fue de su casa a los 13 años. Desde niño, recuerda, quería ser cantante, pero las dificultades por las que atravesó en su infancia lo llevaron a hacer otra carrera antes que elegir lo que el corazón le dictaba.

Afortunadamente, esa primera carrera le ha ayudó a crear una empresa —que no tiene nada que ver con la música— que hoy le da seguridad para invertir en su sueño musical, fuertemente relacionado con la balada. Adán se define como un romántico empedernido, en esta época en la que lo que más se escucha es el urbano.

“Yo creo que al final esto es una industria y lo que vende es lo que manda desgraciada o afortunadamente; yo veo estaciones de radio que antes tenían baladas y escuchabas a grandes baladistas pero hoy más de 50% de su proigramación es reggaetón, quien llega y paga la payola ahí está, se tiene que programar eso”, explica.

Al ingresar al medio de la música hace unos años como parte de distintos coros musicales, Adán también entró en contacto con compositores con los que estableció una relación estable, como el compositor Miguel Luna y Carlos Macías.

En unos meses lanzará una versión banda de “Mentalmente preparado”, canción de Luna que dice, está seguro funcionará muy bien con este género.

Adán no sólo interpreta canciones de otros compositores, también tiene canciones como “Infinito amor”, una canión dedicada al profundo amor que siente por su hija. El cantante resaltó la importancia de reconocer el trabajo de los compositores de las canciones más allá de quién las hace famosas, por ello, él siempre agradece ante la gente a los creadores de las canciones. En los primeros meses de 2019 ofrecerá un concierto en el Lunario del Auditorio Nacional.

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