Que cuatro producciones latinoamericanas lleguen este año a competir en el Festival Internacional de Cine de Venecia , es una muestra de la fuerza que tiene el cine latinoamericano en el mundo, considera el director Lorenzo Vigas.

"Hay una realidad que es que hay una fuerza que tiene el cine latinoamericano que no se cuestiona", dice a EL UNIVERSAL.

"Hay una palabra que quizás lo define y es que es muy honesto, hay autores que no tienen miedo de expresar profundamente las realidades de nuestro continente y además de gran calidad y una prueba de ello es lo que pasó este año en Venecia".

El venezolano Vigas competirá con su cinta "La caja'' y el mexicano , mientras que el mexicano Joaquín del Paso lo hará en la sección Horizontes del Festival con "El hoyo en la cerca" y el uruguayo Rodrigo Plá con "El otro Tom".

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En el caso de Lorenzo vuelve a Venecia representando a México con una historia situada al norte de nuestro país.

"Estoy feliz por poder representar a México, sobre todo en Venecia, yo llegué aquí hace 21 años con el suelo de convertirme en un director, no había hecho nada y todo lo que hice se lo debo a México", señala.

"Es un sueño poder esta vez ir representando al país que me acogió y donde yo me forjé como director".

Para Lorenzo haber ganado el León de oro en 2015 con "Desde allá" le puso muchísima presión, al ser su primera película. Señala que por una parte es increíble y maravilloso pero también pone presión para su siguiente trabajo por lo que siente un gran alivio de saber que está de vuelta.

"Dicen que lo más difícil no es llegar sino mantenerse y es verdad y además ahora representando a México", asegura.

Con "La caja" presenta la historia de Hatzín quien desde la Ciudad de México viaja para recoger los restos de su padre que fueron encontrados en una fosa común. Además retrata temas como la desaparición de mujeres.

"Vengo desarrollando desde hace mucho tiempo el tema de la paternidad porque me interesa muchísimo; este es el final de una trilogía que toca este tema con el que yo conecté por alguna razón", explica.

"No tuve una relación traumática ni problemática con mi padre porque mucha gente me lo pregunta. Para nada, tuve una relación cercana afectiva con mi papá pero pienso que conecté con el arquetipo, el padre como figura arquetipal. Yo soy muy sensible, me imagino, y entonces de alguna forma salió esa necesidad de hablar de ese tema que es el principal de la película: cómo un niño necesita un padre, qué estas dispuesto por tenerlo y luego cómo esa relación que tuviste o no determina todo lo que vas a ser en la vida en cierta forma".

Los temas periféricos, adelanta, surgieron al filmarse en Chihuahua -lugar que considera de los más bellos de la República- pues era inevitable se permeara de unos temas que aquí son muy fuertes y sensibles.

Explica que es un tema que viene de hace mucho tiempo que forman casi parte de la mexicanidad.

"No lo veo como una crítica sino más bien como una realidad y cada quien debe reflexionar sobre los temas importantes con los que vivimos todos los días", menciona.

"Cuando agarras un teléfono y ves que acaban de descubrir una fosa común con 200 personas eso te afecta entonces más que una crítica sencillamente es la realidad, todos tenemos que lidiar con ella pero también es una responsabilidad como creador, autor, director, de hablar de esos temas y luego todo el mundo tiene que reflexionar sobre ellos".

rad

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