Paul Leduc tenía fama de ser enérgico en el set, pero cuenta Ofelia Medina, la realidad es que el cineasta hablaba en tono bajo y poco. “A todo mundo le hablaba al oído y claro que a veces se enojaba, pero como todos”, recuerda la actriz.

“Con él era un cine que se hacía por mera voluntad, por pasión, Paul podía pasar horas sin comer porque estaba totalmente inmerso en generar imágenes”, agrega.

Ayer, a los 78 años de edad, el realizador de "Frida, naturaleza viva", protagonizada por Medina y Reed, México insurgente,

Su más reciente trabajo lo terminó hace un par de semanas y no fue una película sino un póster para incentivar el voto anti Trump en la comunidad latina en Estados Unidos.

“Fue lo último y le ayudé para darlo a conocer en redes en EU”, cuenta Alejandro Springall, realizador de Sonora y Santitos.

Nacido en la Ciudad de México en 1942, Paul fue sobrino del poeta Renato Leduc y expareja de la productora Bertha Navarro (El laberinto del fauno) con quien procreó a Valentina Leduc, editora de cine.

Estudió arquitectura en la UNAM antes del cine, iniciándose como crítico en la revista Nuevo Cine. En 1968 fue asistente de dirección en Olimpiada México, de Alberto Isaac.

Pasaron dos años para debutar con Reed, la cual retrata la toma de conciencia política del periodista John Reed durante la Revolución mexicana.

Historias prohibidas de Pulgarcito y el documental ¿Cómo ves?, que mostraba la vida juvenil en los 80, lo consolidaron.

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Se había alejado del cine por casi una década y había regresado a hacer una película.

“Era un gran artista que sabía contar su historia, en Cobrador se hablaba poco, pero mantiene atento y eso es algo difícil de lograr”, dice Maya Zapata, actriz de la última cinta de Leduc.

Y sí, Paul enfrentaba a quien fuera, como en 2016 cuando recibió el Ariel de Oro a su trayectoria, por parte de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, cuando cuestionó a la naciente Secretaría de Cultura, a los cineastas, al Instituto Mexicano de Cinematografía y al público.

“La culpa es del público, hoy no le gusta lo mexicano. Imcine se ha convertido en oficina de trámites, no decide qué cine se hace, las convocatorias no respetan sus propias fechas, hace caravana con sombrero ajeno”.

Y los asistentes al Auditorio Nacional se pararon a aplaudir. Varios de ellos lo despidieron ayer en redes sociales.

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