Cannes.- Aunque gran parte del público la conozca como la aristócrata Lady Mary Crawley de la laureada serie Downton Abbey, Michelle Dockery está convencida de que sobre todo en la televisión hay menos estereotipos y se ven más mujeres reales.

“Creo que ahora hay más riqueza en los papeles de mujeres. Vemos cómo son las mujeres de verdad y su complejidad”, asegura la actriz británica, que ha cimentado su carrera a base de personajes fuertes e independientes. Todas ellas le han llevado hasta Cannes, donde ayer recogió el premio Icon que entrega la revista Variety.

Dockery es una de las primeras estrellas en aterrizar en Canneseries, el primer festival de series que se organiza en la ciudad francesa y que ayer lanzó la competición oficial con Patrick Dempsey, el protagonista de La verdad sobre el caso Harry Quebert, que se estrena fuera de concurso.

La actriz repasó en una clase magistral su carrera, que se ha visto catapultada en todo el mundo por su papel como una aristócrata caprichosa, tan ambiciosa como vulnerable, de Downton Abbey y por la que recibió nominaciones a los Emmy y los Globos de Oro.

Se inspiró en Christine Scott Thomas en Gosford park para su personaje, que con el avance de las temporadas era más vulnerable.

“Y cuanto más complejo era, más me gustaba”, aseguró Dockery, quien se mostró encantada con el formato de las series.

Y ella se siente especialmente afortunada de poder encarnar a mujeres inconformistas, como lo es la ladrona con problemas de alcohol y drogas que intenta rehabilitarse para ser una buena madre pero se enamora de un asesino a sueldo en Good behavoir (la serie que protagoniza junto a Juan Diego Botto) y la viuda dispuesta a todo para defender su tierra en el western de mujeres Godless.

“Godless es lo más emocionante y potente en lo que he trabajado hasta ahora, señaló la actriz, que reveló que la serie de Netflix nació en realidad como película. Ella se enamoró de la historia con el guión del largometraje, pero al final el creador Scott Frank (guionista de Logan) lo convirtió en una miniserie de siete capítulos.

“Podría pasar horas hablando de Godless”, dijo sobre esta producción ambientada en el salvaje oeste, cuando un grupo de mujeres que han perdido a sus maridos defienden solas sus tierras y su pueblo del ataque de unos forajidos. “Hay personajes femeninos brillantes que uno no está acostumbrado a ver en el western”.

La serie, agregó, le da la vuelta al género, sin esconder el entusiasmo por esta producción que ha recibido además buenas críticas y por la que tuvo que aprender a disparar, a manejar pistolas y rifles, algo que al principio a la actriz le causaba terror.

Cuando le preguntaron por los consejos que daría a alguien que comienza a trabajar en la actuación, la intérprete de 36 años dijo que hay que tener instinto e intuición para actuar, pero también mucha paciencia.

Además apuntó que “no hay que esperar nada”, ya que “nunca sucede lo que se espera”.

Viniendo de alguien que ha sufrido el revés de perder a su prometido por un cáncer hace tres años, sus palabras no sólo sonaban a consejo sino a toda una sabiduría de vida.

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