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“Yo no quiero ser un actor bonito, sino ser un personaje”, reveló en una ocasión David Ostrosky.
Al principio, se creyó que era un “niño bonito” de la pantalla y eso, reconoció, le hizo daño: “La fama que da la tv es engañosa, la soberbia es mala consejera, la estética es relativa”, llegó a confesar en el programa "En casa de Mara".
Ayer, a los 66 años, cel actor que demostró tener el talento y las tablas para su profesión en la que destacó como villano de la tv, falleció por causas aún no reveladas.
Egresó del Centro Universitario de Teatro, aunque él no deseaba ser actor, a él le gustaba la privacidad. “Dirigía. Un día se me fue un actor porque le llamé la atención y le dije al asistente, ‘déjalo, mañana vendrá al ensayo’ y no llegó.
“A los dos días dije a la compañía que íbamos a cancelar y una actriz dijo que yo me sabía el papel”.
Así, desde 1984 ingresó al mundo audiovisual con la telenovela Principessa al lado de Irán Eory. Y contabilizó 80 producciones para la pantalla chica como La antorcha encendida, así como largometrajes de la talla de Como agua para chocolate y La casa de las flores.
Fue el doctor Jaramillo en Sin miedo a la verdad, diversos personajes en Como dice el dicho, un divertido hombre en Morirse está en hebreo y un buen joven en Amy, la niña de la mochila azul.
Hace casi un año, luego de un dolor que sentía en el brazo, por vez primera no acudió a trabajar. Formaba parte de la telenovela Vencer la ausencia cuando un día no pudo moverse. Le llamó a la productora Rosy Ocampo y le pidió disculparlo. Los doctores iniciales le dijeron que era un problema del cuello, hasta que uno lo envió a una resonancia. Le detectaron un tumor.
“Agradezco que fue ahí y no en un órgano que afecte”, dijo en su momento a Televisa Espectáculos, negando que hubiese amputación.
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A lo largo de 39 años de carrera, el actor mexicano de padre ruso y madre polaca, compartió escenario con destacadas figuras del medio artístico, como con la actriz Arlette Pacheco, con quien trabajó en la telenovela El secreto de Alejandra (1997) y Por siempre mi amor (2013).
“Era un amigo muy querido, el mejor compañero de escena que he tenido en mi vida, me cuidó mucho; tuvo una familia muy linda con su esposa Belinda Slomianski; ya estaba muy mal de ese cáncer, qué gran pérdida para el espectáculo”, comentó Pacheco en entrevista.
Este experimentado actor también tuvo la oportunidad de llegar al público infantil, con telenovelas como ¡Vivan los niños! (2002), donde conoció a Violeta Isfel:
“Lo recuerdo siempre muy contento. Fue una persona que me arropó mucho en los pocos proyectos en que coincidimos. Creo firmemente que está en un lugar mucho mejor que en el que estamos ahora”.