Era fan de ellos desde los 15 años, con el “avalancha de éxitos” y entonces había muchas expectativas antes de conocerlos. En 2007, antes de partir a Japón hicieron una firma de autógrafos y fue ahí donde nos conocimos, hicimos unas tomas y minientrevistas para romper el hielo y al día siguiente al aeropuerto.

En la primera escala en Los Ángeles perdimos el vuelo a Tokio porque nos tuvieron en migración por horas; entonces imaginen a todos tirados en el suelo de la terminal, tacvbos, managers y técnicos decidiendo si comíamos o no, buscando habitaciones disponibles para la noche y eso, por supuesto, nos acercó. Me tocó viajar con Rubén durante las 12 o 15 horas de vuelo a Japón y fue increíble conocer a este mitológico sateluco y frontman universal, así sin decir agua va.

Hay muchas anécdotas con la banda. Recuerdo que Rubén dijo una vez que en el camión (de giras) se duerme como en ningún lugar y así me pasó en uno que iba de San Francisco a Ventura, California ¡ha sido el mejor sueño de mi vida!. En España hubo varias, como una noche luego de cenar en Pontevedra, Galicia, terminar bien de madrugada en un sótano karaoke con Balbi (ex mánager de Café Tacvba ) cantando con unas señoras gallegas de unos 80 años y Meme y yo bailando éxitos viejos españoles entre chicos y chicas árabes trasnochados.

Algo que siempre recuerdo de ellos es que les gusta descubrir la comida del lugar al que van, siempre buscan cosas de la gastronomía local y eso es algo que les aprendí. Pero también a Joselo y Quique me les pegué varias veces en sus escapadas a librerías increíbles. El alimento para el cuerpo pero también para el alma es muy importante para ellos como músicos y autores. Ahora que, hablar de los hermanos Rangel, es tema aparte, ya que con Joselo existe una profunda amistad y conexión o con Quique quien incluso ya es un colaborador frecuente como actor y músico en series y películas mías. Amigos que me han inspirado, de quienes he aprendido muchas cosas.

Yo creo que he asistido a unos 100 conciertos tomando en cuenta a los que cubrimos por el documental, pero lo más real y humano ha sido ver como se han enfrentado estos 12 años (que tengo de conocerlos) a pérdidas, presiones y expectativas de todo tipo, la vida en si misma. Pero lo más valioso para ellos, lo más importante, son sus familias, sus hijos, sus núcleos.

En un concierto de la gira de los 20 años, mis hermanos y yo gritábamos, bailábamos y entonces se despiden y el Children (baterista) lanza el parche de la batería autografiado y que me aviento por él, forcejeo con alguien más y yo ya todo despeinado y enojado porque me lo quitaron me sereno y veo a mis hermanos atónitos que me dicen “¿Qué te pasa?” Mientras me ayudaban a levantar. “¡Tú puedes pedirles autógrafos las veces que quieras!”, y ahí, abajo del escenario, otra vez con esa distancia del público y el artista fue que me di cuenta que seguía siendo el fan de siempre, viéndolos desde afuera y que eso no había cambiado para nada.

Este sábado me va a pasar lo mismo: estaré entre el público como si fuera la primera vez. ¡Y me va a pasar que estando ahí, viéndolos, pensaré que me gustaría conocerlos y saludarlos!, y como no, son los Tacvbos, el mejor café del mundo.

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