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El realizador mexicano Benito Fernández está prácticamente con su vida hipotecada luego de que con su nueva película de animación y ante la falta de apoyos federales tuvo que gastar todo su dinero.
La película Uma & Hagen ha recorrido festivales internacionales como Guanajuato y Chiapas, pero no encuentra salida para esta historia.
Se trata de un filme hecho a la vieja usanza, con 24 dibujos hechos a mano para animar un segundo; muestra pirámides prehispánicas de 200 pisos, pero con tecnología de punta; grandes reptiles usados como bestias de combate y toma como base las culturas maya y vikinga.
La historia inicia cuando de un lado del mar de un mundo ficticio muere el emperador y su hija de 11 años Uma se queda sola, comienzan temblores y la única manera que se mejore todo es que la sacrifiquen cuando cumpla 12.
Entonces la niña sale huyendo y en la playa encuentra un naufragio, y el único sobreviviente es un niño de ocho años, con la piel blanca, ojos azules y cabello rubio.
“Se aplicó a Fidecine tres veces y nos rechazaron, diciendo que tenía inexactitudes históricas; claro, es ciencia ficción”, dice Fernández.
“Pero no podía no hacerla y puse de mi dinero con un socio, ahora no hay salida, está hipotecada mi vida; donde se ha presentado ha gustado por ser una película bien hecha. Por ser mi dinero, era poner lo mejor de mí”, recuerda.
Con un costo de 3 millones de dólares (unos 20 millones de pesos) el filme tardó una década en acabarse por los procesos utilizados y debido a que todo el dinero salió de los bolsillos particulares.
Fernández estrenó en 2010 Brijes 3D, con recursos privados, tras lo cual comenzó con Uma & Hagen.
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