El 10 de enero de 2013, Seth MacFarlane hizo un pequeño chiste acerca de Harvey Weinstein y la manera en que las nominadas a Actriz de Reparto ya no tendrían que fingir que les agradaba el productor de cine.

La broma pareció inofensiva pero fue el incio de la debacle de Weinstein y el surgimiento de movimientos en apoyo a la lucha en contra del abuso de la mujer en Hollywood.

Cinco años después, Weinstein fue expuesto como un depredador sexual y con ello se destapó la cloaca de abuso en Hollywood. Se prevé que este año la gala del Oscar estará cargada de un fuerte discurso en favor del respeto, la igualdad y el alto al abuso hacia las mujeres gracias a movimientos como #Time’sUp y #MeToo.

A diferencia de entregas como el Globo de Oro o el Bafta, a los asistentes no se les ha pedido que vistan de negro en protesta al abuso, ya que la Academia busca mantener el enfoque de los Oscar en las películas.

Hace unos días algunos involucrados en el movimiento #Time’sUp dijeron a The New York Times que no se pidió a los asistentes que usen negro en la ceremonia pero que un prendedor del movimiento “sería apreciado”.

Algunos de los activistas del #MeToo están en conversaciones con la Academia para tener presencia en la gala, por lo que no se descartan discursos, intervenciones o números musicales en pro de los movimientos.

“Ciertamente queremos honrar y respetar #Time’sUp y permitir que ese mensaje se escuche. Pero estamos tratando de hacerlo más planificado que de improviso. Me encantaría que cada destinatario del premio no sienta que tiene que reconocerlo de manera independiente”, dijo hace unos días Channing Dungey, presidente de entretenimiento en ABC, cadena que transmitirá la ceremonia de este año.

El productor Jennifer Todd dijo que cualquier discurso o manifestación por parte de los invitados en favor de #Time’sUp o #MeToo dependerá de lo que cada uno quiera externar.

“¿Quién soy yo para decir lo que deberían y no deberían decir? Como productor del programa, mi única esperanza es que los discursos sean emocionales y no se lean en un pedazo de papel”, señaló.

El caso Weinstein sólo fue el incio de un cada vez más grande grupo de personalidades acusadas de abuso. Por eso este año no se verá desfilar por el encarpetado rojo a figuras habituales como Kevin Spacey, quien fue acusado por varios hombres de acoso sexual. Tampoco a Casey Affleck, señalado de acoso por dos actrices que llegaron a un acuerdo extrajudicial en 2010.

El actor renunció a presentar el Oscar a Actriz —él ganó el año pasado la categoría a Actor, razón por la que esta edición tendría que entregar dicha estatuilla— para alejarse de la polémica y no ser blanco de cuestionamientos.

Cascada. 

El caso Weinstein abrió la caja de Pandora: decenas de testimonios de denuncia por acoso sexual han sacudido Hollywood. Un movimiento que ha dado paso a una ola mundial iniciada por las actrices estadounidenses.

Como ya vimos en los Globos de Oro con el emotivo discurso de Oprah Winfrey, los Oscar se prevén reivindicativos y cargados de símbolos en este aspecto.

El color negro en la alfombra roja o las menciones pro igualdad marcarán la ceremonia, aunque el movimiento feminista también ha tenido otros efectos, impensables en otras épocas. Por ejemplo, el foco de #MeToo también ha reavivado el caso del jugador de baloncesto Kobe Bryant, aspirante al Oscar por el corto de animación Dear basketball.

El ex escolta de los Lakers fue arrestado cuando fue acusado de abuso sexual por una joven en 2003. El caso no llegó a juicio, después de que la chica decidió no declarar en la corte y tras un acuerdo civil. Bryant cerró el asunto con una disculpa.

LOS DATOS

-La temporada de premios ha sido el espacio ideal para las protestas contra el abuso sexual.

-En los Globos de Oro, James Franco ganó por Actor de comedia o musical con The Disaster Artist pero horas después tres actrices lo acusaron de acoso sexual.

-En esa misma ceremonia, los actores, productores y directores acordaron acudir a la alfombra vestidos de negro.

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