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Cuando a Bárbara de Regil le decían que a su doble de riesgo no se le vería la cara en la segunda temporada de Rosario Tijeras, se molestaba.

“¡Quería que se viera que era yo!”, recuerda divertida quien da vida a la narcotraficante colombiana.

Así que desde noviembre pasado, cuando arrancó grabaciones y hasta el mes próximo, cuando acabará el trabajo, Bárbara ha hecho prácticamente todas sus escenas de acción.

Desde que leyó el guión, donde se describía el lanzamiento del personaje desde una avioneta o la caída de un edificio, pensó cómo sería posible llevarlo frente a la cámara.

“¡Y todo lo hicimos, que es lo peor”, refiere en entrevista.

“Siempre hemos tenido mucho cuidado, mi marido siempre me dice que no haga nada que ponga en riesgo mi vida y así sea subirme a una moto me trato de cuidar, no hago ninguna proeza, pero sí me aviento”, detalla.

La segunda temporada iniciará transmisiones en Televisión Azteca tentativamente en mayo, para luego ir a Netflix y canales de paga después.

Chava Cartas (Señorita Pólvora y El Dandy) es el director de la nueva entrega, la cual comienza donde concluyó la primera.

En el último episodio, Rosario logra asesinar a su enemigo y es perseguida por un hombre que desea vengarse por esa muerte.

“Estamos a un mes de terminar de grabar y no se puede saber más, pero sí hay muchísima acción”, indica.

Rosario Tijeras está basada en la novela homónima del escritor colombiano Jorge Franco, adaptada para cine en 2005.

Aborda la historia de una chica violada a los ocho años por su padrastro y en su adolescencia, por vecinos, vengándose de uno de ellos al cortarle los testículos con tijeras.

Posteriormente, ya envuelta en el mundo del narcotráfico, se convierte en asesina.

“Para las escenas hay expertas cuidando cada detalle, hay buzos por ejemplo en cosas de ríos y así”, destaca la actriz.

A De Regil también se le verá este año en cine con la comedia Loca por el trabajo, donde interpreta a una mujer obsesionada con la oficina.

Todo inicia cuando un día encuentra una caja que, en lugar de tener todos los papeles para su labor, está llena de juguetes sexuales.

Su pareja en la historia recae en Alberto Guerra (Pasión morena). Su amiga, dueña de una sex shop, es Mariana Burelli (Paramédicos), donde atienden dos jóvenes encarnados por Regina Blandon (La familia Peluche) y Daniel Tovar (El vato).

“No he visto nada todavía, pero la historia es muy divertida”, expresa Bárbara.

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