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Los hubieras no existen ni en política ni en la vida; pero analizar qué habría sucedido con decisiones distintas ayuda a entender las causas de lo ocurrido. Y en los recientes comicios del Estado de México, entre el ruido de una elección viciada desde las campañas y las impugnaciones de efecto aún incierto, hay cosas que empiezan a quedar claras: los partidos que hicieron alianzas y compitieron en coalición con otras fuerzas políticas se fortalecieron y obtuvieron de sus aliados, por pequeños que éstos fueran, una votación que hizo la diferencia; en contraste, los partidos que por soberbia, exceso de confianza o compromisos inconfesables decidieron no hacer alianzas y compitieron solos no tuvieron ese extra de votación que les hizo falta.
Si el PRI pudo sacarle 3 puntos de ventaja a Morena —a reserva del recuento y los tribunales— no fue por el carisma o el fingido puño de su candidato Alfredo del Mazo; fueron sus aliados, el Panal, PVEM y PES los que aportaron al priísta una cantidad de votos (al menos 7 puntos) sin los cuales habría sido superado y perdido, con todo y su maquinaria y el millonario gasto en recursos públicos. Tan sólo Nueva Alianza aportó a la coalición priísta 2.67%, casi la diferencia con la que Del Mazo se impuso a Delfina Gómez. Es decir que sin esos tres partidos el PRI no habría alcanzado la misma votación.
En contraste, la decisión de Morena de competir solo y rechazar cualquier alianza con partidos de izquierda, atribuible toda a Andrés Manuel López Obrador, fue una equivocación. La soberbia de creer que solos podían derrotar a la poderosa maquinaria priísta y a los gobiernos federal y estatal, con todos sus programas y recursos, explicaría por qué, con todo y el hartazgo social contra Peña y el PRI en el Estado de México, Morena no pudo imponerse en la votación.
López Obrador entendió muy tarde que ante lo cerrado de la contienda necesitaba aliados para rebasar al PRI. Pero cuando quiso convencer al PRD y a Juan Zepeda de que declinaran en una alianza de facto por Delfina, además con un tono de prepotente ultimátum, no logró nada y se tuvo que conformar con la tardía declinación del PT que no alcanzó a trasladarle votos a Morena.
Y si en AMLO fue el pecado de la soberbia —cometido varias veces contra sus aspiraciones— en otros partidos como el PAN y el PRD las razones por las que despreciaron y deshicieron una alianza que les hubiera dado casi el triunfo seguro, son aún más extrañas.
Oficialmente los perredistas argumentaron, en voz de Alejandra Barrales, que rechazaban la alianza porque no querían a Josefina Vázquez Mota de candidata; mientras en el PAN, Ricardo Anaya, que fue a pactar a Los Pinos la candidatura de Vázquez Mota —hoy ya no queda claro si para ganar, para perder o de plano sólo para tirar la alianza— y que hizo con Peña Nieto “negociaciones” que presuntamente le beneficiarán a él y a Josefina, nunca explicó por qué no quiso alianza en el Edomex pero sí en Nayarit y Veracruz. Incluso después anunció esa misma alianza, con Barrales y con los perredistas, para 2018. ¿Así o más turbios los “compromisos” que llevaron a PAN y PRD a tirar una alianza que le allanó el camino al PRI en los comicios mexiquenses?
En la mitología griega, cuando los Dioses querían perder a los hombres, los cegaban con la soberbia. Quién sabe si fueron los Dioses, pero a López Obrador eso lo cegó; y le impidió que hoy contara con un triunfo contundente en el Edomex, en vez de estar pidiendo el recuento de los votos.
NOTAS INDISCRETAS… En Coahuila, antes de concluir los conteos distritales, todos los partidos de oposición se levantaron de la mesa y abandonaron la sesión del OPLE para no legitimar un resultado favorable al PRI. Luego, Guillermo Anaya, Armando Guadiana y Javier Guerrero anunciaron que pedirán juntos la “anulación” de la elección por violaciones e irregularidades cometidas por el “gobernador Rubén Moreira y por el PRI”. En apoyo a su partido, el presidente del Senado, Fernando Herrera, calificó la elección coahuilense como “un cochinero” y afirmó que el PAN no cederá porque tiene el 100 por ciento de las actas que le dan un triunfo con dos puntos de ventaja a su candidato Anaya. En contraparte, el líder senatorial del PRI, Emilio Gamboa, amenazó que el PRI “no se va a dejar “ y defenderá su triunfo. “No nos asustarán con una marcha”, dijo Gamboa. Lo dicho: ¡Arde Coahuila!… En un ejercicio inédito para un funcionario del gabinete peñista, el director del ISSSTE, José Reyes Baeza, se conecta hoy, a las 13:00 hrs. con cibernautas a través del Facebook Live y responderá en vivo preguntas, quejas y denuncias sobre el instituto a internautas que se conecten sean o no beneficiarios. Dicen sus asesores que la interacción será en vivo “y sin filtros” de ningún tipo porque así lo pidió el director, que quiere que los ciudadanos le hablen directo y “al chile”. Y no es albur… Paran los dados. Cayó Serpiente.
sgarciasoto@hotmail.com