No ha pasado una semana de que el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, declarara que “México no está en llamas”—en un intento por desalentar la idea de un país incendiado a dos semanas de los comicios federales y locales del 7 de junio— y el diagnóstico del responsable de la política interna del país ya sufrió un duro revés: ayer en Tanhuato, Michoacán, un estado que se suponía “libre” del flagelo del narcotráfico —tras el intenso operativo federal de los últimos meses—, la violencia volvió a estallar de forma cruda con un enfrentamiento entre fuerzas federales y presuntos narcotraficantes que hasta anoche dejaba, preliminarmente, 42 muertos.

A juzgar por el número de muertos reconocidos oficialmente, todos presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación, se trataría de una de las batallas más cruentas e intensas que se hayan producido en el actual sexenio en la lucha contra el narcotráfico. Y ocurre precisamente en Michoacán, donde el gobierno federal ha destinado la mayor cantidad de recursos financieros y armados que se hayan destinado a cualquier estado o región del país, primero con Felipe Calderón, en 2006, y luego con Enrique Peña Nieto, en 2013. Después de 8 años de estrategias, recursos y fuerzas federales, el narcotráfico y la violencia siguen presentes en tierras michoacanas.

Pero además, justo en el tema electoral al que aludió el secretario de Gobernación cuando dijo que la nación no estaba “en llamas”, y habló de un “blindaje” para el desarrollo de comicios normales en toda la República, Michoacán vive también un cerrado proceso por la renovación de la gubernatura y los poderes locales. La disputa por el poder estatal se ha cerrado en las últimas semanas entre el PRD y el PRI, cuyos candidatos Silvano Aureloles y Ascención Orihuela, protagonizan una batalla que no ha estado excenta de ataques, descalificaciones y acusaciones de vínculos con el narcotráfico entre los equipos de campaña, mientras la candidata del PAN, Luisa María Calderón, sorpresivamente se quedó rezagada en un tercer lugar que casi la deja fuera de la pelea.

Por eso el retorno de la violencia a Michoacán prendió ayer todas las alertas en el gobierno federal que, ante los primeros reportes de tiroteos de los presuntos narcos del CJNG en contra de fuerzas federales, realizó un impresionante despliegue de fuerzas militares del Ejército, la Armada y la Policía Federal, que llegaron con helicópteros, tanquetas y vehículos de combate a aplastar de inmediato el ataque del mismo grupo delincuencial que están persiguiendo en Jalisco y que con su líder Nemesio Oceguera El Mencho, asestó el pasado 1 de mayo el más duro golpe que haya recibido el Ejército en la historia de la lucha contra el narco, al derribar un helicóptero Cougar y asesinar a 9 de sus tripulantes.

¿Fue la revancha? El nivel de respuesta desplegado ayer por las fuerzas federales en Tanhuato se reflejó claramente en el parte oficial que por la tarde dio Monte Alejandro Rubido, Comisionado Nacional de Seguridad Pública: 1 muerto y dos heridos de la Policía Federal contra “más de 40” presuntos narcotraficantes, da una clara idea de que el operativo de ayer desplegado a partir de la primera agresión que sufrieron agentes federales, fue con el objetivo claro de “aplastar” a los agresores del Cártel Jalisco Nueva Generación. El número de muertos podría aumentar en las próximas horas, dijo Rubido, y también habló del decomiso de “un arsenal” que incluyó “un lanzacohetes”, como el que derribó al helicóptero Cougar en Jalisco, 42 armas largas y un arma corta.

En las próximas horas se sabrán más detalles de lo ocurrido en Tanhuato, conforme sigan los peritajes que anoche todavía realizaban las fuerzas federales en el lugar del enfrentamiento. Pero por lo pronto, quedan claras dos cosas: que las “llamas” que negó el secretario Osorio Chong sí están presentes no sólo en Michoacán, sino en Guerrero, Oaxaca, Tamaulipas y otras entidades; y dos, que, el gobierno federal parece decidido a lanzar toda su fuerza para apagar rápidamente cualquier conato de incendio que surja en el país en vísperas de las elecciones federales y locales del 7 de junio. ¿Ese es el “blindaje” del que hablaba Osorio?

Los contratos de OHL. Tras la publicación de la columna del pasado jueves, titulada Los sobrecostos de OHL, en la que mostramos los enormes montos y los costos de los contratos que el gobierno federal ha otorgado a la compañía española OHL en lo que va de esta administración, muy por encima de lo que han recibido las compañías mexicanas (50 mil millones a OHL contra 9 mil millones a ICA, Tradeco y Carso), dos de las dependencias involucradas en esas millonarias asignaciones, mandaron información a esta columna.

La SCT, por ejemplo, precisó que el contrato del Viaducto Elevado 1 del Tren Toluca-México, sí fue otorgado a OHL mediante la licitación pública nacional LO009000988-N9-2014, la cual “se desarrollo sin que se presentaran inconformidades por parte de los participantes en ninguna etapa del proceso y contó con un testigo social designado por la Secretaría de la Función Pública”. La dependencia agregó que en la licitación “se recibieron propuestas de nueve consorcios; cuatro de ellos fueron descalificados técnicamente por no cumplir con los requisitos. De los cinco restantes dos no cumplieron con las especificaciones de calidad necesaria… Y de los tres restantes se otorgó al de mayor puntaje con 96.37, que además fue la propuesta económica más baja (la de OHL) con 10 mil 148 millones de pesos”.

Sobre la propuesta de Tradeco e Innovaciones Técnicas de Cimentación, que fue menor a la de OHL, de 8 mil millones de pesos, la SCT aclaró que “fue desechada por no presentar la documentación que acreditara la forma en que se realizarían los trabajos de geotecnia… por lo que no fue evaluada”. Dijo que el “Testigo Social” de esa licitación fue el ingeniero Elías Sahab Haddad y éste avaló en su testimonio que “el procedimiento de licitación se realizó con fundamento en la normatividad”.

Del otro contrato mencionado en la columna para OHL, del Viaducto Elevado 2 del Tren Ligero de Guadalajara, la SCT asegura que fue resultado de la licitación pública nacional LO-009000988-N29-2014, en la que tampoco se presentaron inconformidades de los participantes en ninguna etapa del proceso y también fue vigilada por la Función Pública y por un testigo social. En ese caso, agregó la dependencia, de 10 propuestas recibidas, cinco fueron descalificados técnicamente, y OHL obtuvo el mayor porcentaje con 95.41 puntos, y aunque su propuesta era de 2 mil 23 millones de pesos, más cara que la de ICA que fue de 2 mil 3 millones de pesos, la constructora mexicana obtuvo menos puntaje porque “no acredito ensayos presiométricos/dilatométricos para el comportamiento del suelo”.

Pemex, por su parte, precisó que el contrato de la Planta de Hidrógeno otorgado a OHL en la Refinería de Cadereyta fue de 902 millones de pesos, y que el total de los 13 mil 41 millones que se invierten en esa refinería, está repartido entre otras compañías y a la constructora española sólo le corresponde lo referente a la planta de hidrógeno.

En el caso de la Refinería de Ciudad Madero, precisó que el contrato dado a OHL para la construcción de un turbogenerador de gas fue de mil 56 millones de pesos y no de 689 millones como se había afirmado en este espacio. Y sobre la planta de rebombeo de Degollado Jalisco, señaló que el contrato para la compañía española fue de 453 millones de pesos. “Los contratos mencionados se asignaron a OHL en virtud de que constituyeron la oferta técnica más competitiva, en el marco de las disposiciones legales aplicables y una vez que dicha empresa no se encuentra impedida por las leyes mexicanas para participar en este tipo de procesos de contratación”, indicó el vocero de Pemex, Ignacio Durán.

Con todo y las precisiones, los datos duros publicados en este espacio se mantienen: OHL es la constructora que más contratos ha recibido en este sexenio, muy por encima de las compañías mexicanas (50 mil millones contra 9 mil millones a las nacionales), lo que ha hecho que México sea el negocio más rentable para el conglomerado español, que en 2014 obtuvo el 90%o de su flujo operativo líquido de sus contratos en nuestro país. ¿Por qué les irá mucho mejor en México que en los otros 30 países donde opera OHL, incluida su matriz de España?

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