Hace seis meses el escenario más probable para la economía mexicana era que la inflación se mantuviese bajo control, pero a costa de que la economía continuase creciendo a una tasa bastante baja; ahora estamos yendo hacia uno en el que la inflación se irá acelerando, el tipo de cambio continuará depreciándose y el Producto Interno Bruto desacelerándose.

Obviamente, no es la perspectiva macroeconómica que las autoridades habían perfilado cuando presentaron los Criterios Generales de Política Económica para 2017 en septiembre pasado, porque las condiciones se modificaron radicalmente.

Desde el 17 de diciembre de 2015, el Banco de México (Banxico) ha aumentado 225 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día hasta 5.25% y aunque en septiembre declaró que ello no marcaba una tendencia al alza, los hechos han terminado por desmentirlo; más aún, la volatilidad financiera y las presiones en el tipo de cambio presagian que ésta no ha concluido.

Adicionalmente, en el reciente anuncio de política monetaria Banxico indicó que seguirá de cerca las decisiones de la Reserva Federal (Fed), por lo que es inevitable que replique los incrementos de las tasas de referencia en Estados Unidos (EU) y que “seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación (…), en especial del traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios, sin que ello signifique que se tenga un objetivo para este (sic)”.

A pesar de que las autoridades hayan recurrido a la amenaza de imponer sanciones a las empresas que eleven precios en proporción significativamente mayor al del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) mediante la Procuraduría Federal en Defensa del Consumidor o la Comisión Federal de Competencia Económica (caso de farmacéuticas), lo que se conoce como “inflación reprimida”; más pronto que tarde las empresas comenzarán a trasladar el incremento del costo de los insumos y de las mercancías importadas a los clientes.

La expectativa de que la depreciación del tipo de cambio genere un alza de precios de los bienes duraderos, provocó que en este Buen Fin los consumidores se apresuraran a comprarlos a meses sin interés con la idea de anticiparse.

Este consumo adelantado podría repercutir en una recaída posterior del mismo, por lo que éste y por ende un PIB más robusto en el cuarto trimestre podría ser una señal engañosa de fortalecimiento de la economía.

El alza de 50 puntos decretada por Banxico fue menor a los 75 que esperaba el mercado de acuerdo con la subasta previa de Cetes, por lo que el tipo spot cerró en 20.5870 el viernes 18 registrando un alza de 17.3 centavos respecto al cierre del día anterior.

Pero también refleja el temor a que la determinación de Donald Trump a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) impacte negativamente las exportaciones y la inversión en México, a pesar de la negativa del presidente mexicano, quien declaró que sólo se modernizará.

Las mayores tasas de interés y la previsión de que sigan subiendo mucho más de lo que se había pensado, afectará el consumo y la inversión. Adicionalmente, se impondrá la premisa de elevar los sueldos y salarios no más de un 3.5% para 2017 para mantener la estabilidad económica y la inflación bajo control, lo que repercutirá en un bajo dinamismo e incluso contracción del mercado interno en caso de que la inflación observada sea mayor a la que proyectó (3.0%).

La inevitable renegociación del TLCAN tendrá efectos negativos en las exportaciones y en la inversión productiva a finales de 2017 y sobre todo a principios de 2018.

Si bien es cierto que esto también repercutirá negativamente en la economía de EU, el efecto más pronunciado será en la de México, como lo han anticipado diversos estudios que han comenzado a difundirse en los medios.

Banxico desearía que la depreciación del tipo de cambio no afectara la inflación y que éste fuese la variable de ajuste ante los choques externos contribuyendo a frenar el déficit de cuenta corriente y que el alza de las tasas evitara la salida de la inversión en cartera y contribuyera a mantener bajo control la inflación.

Sin embargo, esta estrategia sólo podría resultar exitosa si la sobrerreacción del tipo de cambio fuese temporal; pero esto no será así cuando la errática conducta ante Trump colocó al gobierno en una situación vulnerable, por lo que esa renegociación se hará en condiciones de extrema debilidad.

En este sentido resulta más sensata la posición de Vietnam de no buscar la ratificación del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) por los cambios políticos en EU, que la mexicana de ratificarlo a pesar del disentimiento de Obama para aparentar una posición de fuerza frente a Trump… De ternurita pues.

Maestro en Economía
Email: pabloail@yahoo.com.mx

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